El día del orgullo gay
Actualizado:Poco antes de la medianoche del sábado 28 de junio de 1969, la Policía realizaba una batida en Stonewall Inn, un bar de ambiente neoyorkino. Estas batidas, ya se habían convertido en rutina. Nueva York, se encontraba en plena campaña de elecciones municipales, se cerraban bares gays, que solían carecer de permiso para vender bebidas alcohólicas, se maltrataba a la clientela, en ocasiones se la arrestaba y aparecían sus nombres publicados en la prensa. Esta era la tercera batida de la semana. Pero esta vez, en lugar de correr, una multitud de unos doscientos clientes se quedó en la entrada y cuando la Policía llevaba a algunos detenidos al camión policial, la gente empezó a gritar. La última clienta que sacaron a empujones del bar se resistió cuando trataron de meterla en el vehículo. Entonces la situación explotó. La multitud atacó a la Policía con piedras, botellas, monedas y basura, así que tuvieron que retirarse al interior del bar. La revuelta continuó hasta altas horas de la noche: grandes multitudes atacaban a la Policía, se dispersaban por calles laterales y pasadizos para reagruparse posteriormente.
A la mañana siguiente, el vecindario estaba lleno de pintadas: Viva el poder gay. Esa noche, se reanudaron las revueltas, aparecieron fuegos por todo el barrio y más de dos mil gays se enfrentaron a la Policía. Fue la primera revuelta gay de la historia. Otra rebelión del espíritu del hombre contra la irracionalidad y la injusticia, a la altura de la supresión de la Inquisición o la abolición de la esclavitud. Un mes después se creó el Frente de Liberación Gay y al cabo de un año se habían formado docenas de grupos de liberación gay en todos los países. Y se creó la bandera del Arco Iris, que representa la variedad existente en la sexualidad humana. España, este año, al aprobar la posibilidad del matrimonio entre homosexuales, ha dado un paso de gigante en este sentido y sobre todo ha mostrado al mundo que el amor homosexual es tan fuerte, tan sublime y tan digno como el heterosexual. «Pero Ruth le contestó: ¿No me pidas que te deje y que me separe de tí. ¿Iré donde tú vayas y viviré donde tú vivas. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios será mi Dios. Moriré donde tu mueras y allí quiero ser enterrada. ¿Que el Señor me castigue duramente si me separo de ti, a no ser por la muerte!». «Angustiado estoy por ti, amado Jonathan. ¿Con cuánta dulzura me trataste! Tu amor fue para mí más dulce que el amor de las mujeres». (Rt 1, 16-17 y 2 S. 1, 26).
José-Luís Zambrano Ballester. Cádiz