El árbitro español regala a Italia los cuartos
El andaluz Medina Cantalejo pitó a siete segundos del final un penalti de ficción que Totti convirtió en el gol del triunfo transalpino ante Australia
Actualizado:Lo tenía mal, bastante mal Italia. Estaba a un paso de la prórroga, jugaba con diez por expulsión de Materazzi en el minuto 50 y Australia llevaba tiempo convencida de que estaba ante una situación única para continuar escribiendo una maravillosa crónica futbolística. La más grande de su historia. Pasaban dos minutos largos del noventa -el árbitro había concedido tres de prolongación- cuando Grosso se fue de Bresciano a empellones. Al entrar en el área, el lateral izquierdo del Palermo se encontró con Moore, que salió al cruce desde el suelo. El italiano no dudó, buscó el cuerpo del defensa y se dejó caer. Medina Cantalejo señaló penalti.
El cronómetro marcaba el minuto 92 y 53 segundos. ¿A sólo siete segundos del final! Los australianos se quedaron con tal cara de tontos que ni siquiera intentaron comérselo. Hasta en eso tuvo suerte el árbitro, porque, si es a la inversa, le dejan en cueros.
Totti, el hombre más desgraciado sobre el césped por su suplencia -se le notaba en la cara hasta después de marcar- lanzó el penalti a romper y ya no dio tiempo ni para sacar de centro. Italia estaba, como siempre, en cuartos de final y Australia, en casa. No fue justo. Los de Hiddink se habían ganado a pulso el derecho de jugar la prórroga y con un hombre más aspiraban a la victoria, pero una decisión arbitral les privó de al menos intentarlo.
Nunca se ha especializado la squadra azzurra por su buen juego. Hasta cuando ganó el Campeonato del Mundo en España'82 pasó la primera fase con tres empates y bañada en críticas que luego se transformaron en aplausos. Esta vez parece ir por el mismo camino. En cada partido que ha jugado, la fortuna se ha vestido de azul y cuando ha fallado ahí ha estado Buffon para empeñarse en competir con Casillas por el honor de ser el mejor portero del mundo.
Del Piero, titular
Marcello Lippi, a tortas dialécticas con los periodistas italianos, se sacó de su cabellera blanca la presencia de Del Piero en el once titular. Totti, fuera. A un cuarto de hora del final metió al delantero del Roma en el campo y él tuvo que afrontar la responsabilidad del penalti.
De salida, el seleccionador italiano volvió a los dos puntas, pero terminó quitando a ambos (Toni y Gilardino) cuando ya habían demostrado su inoperancia ante el gol y debía recolocar el equipo por la expulsión de Materazzi. Lo del defensa del Inter es para echarle del fútbol. Su entrada fue de las que un partido sí y otro también acostumbra en el calcio y si es verdad que un par de clubes españoles están pensarlo en ficharlo, deberían desistir inmediatamente. No es digno de nuestra Liga.
Hasta la expulsión de Materazzi (m. 50), Italia había dispuesto de un puñado de ocasiones para marcar. Durante la primera mitad, explotó bien su juego directo y el máximo goleador europeo, Toni, y su compañero Gilardino encontraron un chollo en el juego aéreo. Pero ni por esas.
Australia, que había afrontado el encuentro sin complejos, comenzó a creer en sus posibilidades cuando se vio sobre el campo con un jugador más que su rival, pero todo lo que tienen de voluntariosos y físicos, lo tienen de inocentes ante el gol. Viduka está para jugar al cricket y el delantero del Alavés John Aloisi quizás entró un poco tarde. Aún así buscaron la victoria guiados desde el banquillo por un Guus Hiddink en mangas de camisa que no paraba de darles órdenes. El holandés rozaba la hazaña por segundo Mundial consecutivo... hasta que un penalti de ficción truncó su aventura.