El club de los filántropos
Actualizado:Los dos hombres más ricos del mundo juegan juntos al bridge y comparten la emoción de sus aventuras empresariales. Pero, entre partida y partida, el inversor de 75 años sembró en el genio de la informática la semilla filantrópica. Ahora que Bill Gates ha decidido entregarse en cuerpo y alma a su fundación, Warren Buffett ha decidido darle un impulso de gigante donándole la mayor parte de su fortuna.
Los 38.000 millones de dólares en acciones que donará el llamado Oráculo de Omaha -sede de su firma de inversiones, Berkshire Hathaway-, suponen el mayor movimiento filantrópico de la historia de Estados Unidos. Ni Rockefeller ni Carnegi le hacen sombra después de actualizar sus donativos a los tiempos que corren.
La transferencia se hará progresivamente, empezando con medio mi-llón de acciones este año, y continuando cada mes de julio con un paquete de un 5% menos, que el magnate espera que valga más. La Fundación Bill y Melinda Gates podrá venderlas, transferirlas a otras organizaciones a las que ayude o mantenerlas como capital. Buffett asegura que se siente en muy buen estado de salud y que así se lo ha confirmado su médico, pero cambiará su testamento para que el compromiso filantrópico sea «irrevocable».
La única condición para que continúe la capitalización de la que ya era la fundación mejor dotada del mundo es que uno de sus dos titulares siga con vida y participe de forma activa en la gestión. Con su generosidad, Buffet recibe un puesto en el consejo de administración, pero no piensa implicarse porque esto de la filantropía «es demasiado lento y me aburriría», dijo a la revista Fortune. «Tendría que involucrarme con un montón de gente que no me apetece y escuchar un montón de opiniones que no me divertirían».
La única razón por la que ha aceptado el puesto, que Gates asegura que le hubiera dado «aunque no hubiera donado ni un centavo», es para «el caso de que los dos vayan juntos en un avión que se estrelle».
Buffett, que siempre dejó claro que sus hijos no heredarían una gran fortuna porque ya han tenido más oportunidades que la mayoría, se ha inclinado por la fundación de los Gates porque «ya tiene el megatamaño para ser eficaz». Además, está convencido de que Bill y Melinda poseen «una inusual inteligencia, energía y corazón para mejorar las vidas de millones de seres humanos que no han sido tan afortunados como nosotros tres».