![](/cadiz/pg060626/prensa/fotos/200606/26/052D1CA-DEP-P1_1.jpg)
La vuelta al ruedo del fútbol
El Racing vence al Toledo por la mínima y regresa a Segunda B catorce años después Más de ocho mil portuenses abarrotan el Cuvillo y celebran el ascenso con su equipo
Actualizado: GuardarLa provincia vuelve a contar con un equipo en Segunda División B. El Racing Club Portuense recupera para Cádiz la plaza que deja en la categoría el descendido Algeciras y se convierte en la tercera máxima referencia del fútbol gaditano tras Cádiz y Xerez (o Xerez y Cádiz) . El equipo rojillo vuelve a la división de bronce al cumplir los 78 años de historia (fue fundado en 1928), retornando tras catorce años de ausencia, cuando al terminar en la 1992-93 sumo un doble descenso: deportivo a Tercera y administrativo por impago a la Preferente. Anoche vencía por 1-0 al Toledo en un partido tremendamente trabado y lograba el ansiado objetivo ante una afición entregada que hizo del José del Cuvillo una olla a presión, especialmente en la segunda mitad.
Hace quince días, cuando el Racing Portuense vencía al Arenas de Armilla en la primera eliminatoria, decíamos que se había subido el primer tramo de la escalera que llevaba a Segunda B. El equipo de El Puerto ya estaba en el descansillo tras traerse el 0-1 de Toledo. Quedaba subir los últimos peldaños, a veces los más pesados, porque las piernas tienen el cansancio acumulado de todo lo trabajado anteriormente. Los escalones finales son también los de la impaciencia y los del temor a caer y que te adelante el que va detrás. Por ello, el partido de ayer no era de fútbol, era de control de nervios y de manejo de la situación. Era el partido de apuntillar.
Y el rival no era fácil. El Toledo sabía jugar la pelota. No colgó balones, ni cuando estuvo jugando a la desesperada. Intentó entrar por banda, pero solo por una: la izquierda. Con Espinosa empleándose en velocidad, y el espigado Matías bregando en el centro, buscaban la referencia de Recaman, a través de la conducción de Piru. No hubo claras ocasiones en la primera mitad, pero Noel pudo a los 14 minutos marcar de cabeza tras falta lateral derecha botada por Masegosa. Como lo pudo hacer el Toledo, a los 25 minutos, cuando Julio Puig falla en un despeje (se lesiona incluso en esa acción, aunque luego se recuperó) y permite a Recaman adentrarse por la derecha. Tres compañeros le esperaban para machacar en el área, pero su centro es tan defectuoso que lo estrella en Vega, teniendo todo a favor. Al ceutí Ocaña Marín -demostró personalidad suficiente para ascender también, aunque no tanto en sus apreciaciones- se le reclamó un doble penalti en área visitante a los 38 minutos por posibles manos de Magano y derribo sobre Ocaña.
La grada se veía más cerca del ascenso tras el intermedio. El grupo de 200 animosos seguidores del Toledo se oyeron mucho en los primeros 45 de crono. Dos oportunidades de Jorge Herrero (disparo lejano que pasa cerca del marco) a los 49 minutos y de Zúñiga (otro lanzamiento) en el minuto 53, eleva la temperatura en grada. Desde ese instancia despierta la afición y empieza a calentar el choque: la primera ola mexicana se realiza a los 63 de partido. Es la fase en la que los nervios se van desatando y la dureza empieza a decir aquí estoy yo.
Otro susto se apodera de la parroquia local cuando, en una rápida transición desde la meta de Yuste el balón llega largo a la frontal local. Julio Puig toca in extremis para impedir que Alberto López controle solito ante Vega. La pequeña prolongación del zaguero gaditano le permite al arquero sanluqueño sacar con el pie -para no incurrir en falta de cesión- y chocar con el delantero por la inercia. El Racing ya no quiere jugar el partido. Quiere matarlo. Romper el ritmo, tocar y tocar. Hacerse amigo del balón hasta el punto de llevárselo de vacaciones. Claro, el Toledo no está por la labor y los roces se multiplican.
En la banda el delegado del Toledo pierde los nervios y empuja a Burgueña a pie de campo. El banquillo portuense estuvo toda la segunda intentando desviar la atención del trencilla, pero la personalidad del norteafricano no cayó en la trampa. El rifirrafe lo solucionó con sendas expulsiones y el entrenador vasco de Racing lo tuvo que ver desde entonces tras el banquillo. Y más de lo mismo. Juego interrumpido, lesiones verdaderas o fingidas y encontronazos por doquier. El fútbol, dicen, que es para los inteligentes. Y lo que más le interesaba a los rojillos era eso: que apenas se pudiera jugar con cierta cohesión en el tiempo.
Golazo de Masegosa
Y en esas estábamos cuando llegó el puntillero. El Toledo en la tablas, pero amenazando llevarse por delante todo con un gol que hubiese removido cimientos. A Caminero le hacen una falta en la frontal. De esas pintiparadas para Pepe Masegosa. Como las que ha marcado a granel en el Bahía Sur vestido de azulino. Se colocan varios rojillos incrustados en la barrera verde. Todo para tapar al trayectoria a Yuste. Masesgosa le pega, el guardavallas se va para el lado contrario y cuando logra ver el balón, su rectificado llega tarde. Gol. La olla ya no aguanta más presión y revienta. El Racing Portuense ya toca la Segunda, queda once para el tiempo reglamentado. En realidad, casi veinte porque Ocaña Marín descuenta lo que cree que se ha perdido y lleva el crono a los 53 minutos y 43 segundos. Da igual. La grada se desparrama e invade el campo para abrazar a los protagonistas. Son las 22 horas y 6 minutos del domingo 25 de junio de 2006. La hora en la que el Portuense vuelve a la categoría que nunca debió perder. La hora en la que el José del Cuvillo es el epicentro de la marea rojilla.