Sesma se equivoca
Actualizado:Jonathan Sesma está metiendo la pata hasta el corvejón. Pero bien metida. No hace más que tensar y tensar la cuerda. Y si Antonio Muñoz tiene palabra, se le va a romper en la cara. A estas alturas es casi una utopía pedirle a un jugador, más si es de fuera, que sienta los colores y todo eso. Está claro que los futbolistas van a lo que van y aunque le den besitos a los escudos, lo que quieren es pasta gansa. Lo cual es muy lícito, aunque su postura de cara a la galería suele ser pelín hipócrita. Tampoco se puede apelar a su conciencia con argumentos como que los contratos están para respetarlos o que el Cádiz fue el equipo que apostó por él cuando no lo conocía ni el gato. Así que sus intentos de irse al Celta son normales.
Pero sí se le puede decir a este joven canario que ha perdido el norte, que se está subiendo a la parra y que su presidente ya ha dejado claro que no se vende. Y si sus palabras son ciertas -no hay motivo para pensar lo contrario- Jonathan sigue de amarillo como está mandao. Puede que el Celta lo quiera, pero a coste cero. Ningún equipo del mundo, ninguno, va a pagar mil millones por él. Ojalá hubiera alguno dispuesto a pagar una cuarta parte, que si de un servidor dependiera, se iba para allá con un lacito. Pero resulta que hasta la fecha, lo único que ha demostrado Sesma es ser un buen jugador de Segunda y mediocre de Primera, con un engañoso título de máximo goleador del Cádiz, porque siete goles son muy pocos y dos de ellos llegaron en la pachanga con el Málaga.
Así que lo mejor que puede hacer es aclarar sus ideas. Tomar el sol en Las Palmas tranquilito y volver a Cádiz el día 11 de julio con una única idea: dar lo mejor de sí mismo en el Cádiz para volver a Primera. Pero de amarillo, no de celeste.