«El verano es muy largo y después de diez días ya están aburridos»

Sus hijos sólo llevan un día de vacaciones y ella no quiere ni pensar lo que se le viene encima. Pilar Nieves vive en Cádiz, es ama de casa y madre de Álvaro (10 años) y Noelia (8). Como su marido, Jesús Pérez, es militar y tiene destino en Segovia, está acostumbrada a llevar la casa sola. Pero las vacaciones de los niños le restan tiempo para dedicarlo a otras ocupaciones.

«Antes por la mañana me dedicaba a arreglar la casa, hacer un poco de deporte y solucionar todas las gestiones de bancos y demás, ahora no puedo, porque tengo que hacer lo máximo posible para poder llevarlos a la playa o la placita por la tarde», relata Pilar.

Campus de fútbol

«Entiendo que las vacaciones son necesarias pero me parecen excesivas, porque a los diez días empiezan a aburrirse», comenta. Para evitar esos momentos en que los niños no saben qué hacer y comienzan «a pelearse» ha inscrito a Álvaro en un campus de fútbol -su gran pasión- en Chiclana que se celebrará la primera semana de julio. Y mientras tanto dejará a Noelia en casa de su prima, «que tiene piscina y ellas bailan y se lo pasan muy bien».

El resto del verano lo repartirán entre los ejercicios de repaso que tienen que hacer para el colegio, los juegos en el patio de la comunidad de vecinos y las tardes en la playa. «Si puedes mandarlos a actividades, genial, pero hay gente que no puede porque el verano es muy largo y los campamentos valen muy caros. Como yo digo, la vacaciones son para los ricos», apunta Pilar.

Por este motivo piensa que sería mucho mejor para todos si el curso se prolongara hasta mediados de julio. Porque, -según reconoce- «llega un momento en que no sabes qué hacer con ellos».