Botijos
Actualizado:Reivindiquemos el botijo!», exclamaba Andrés Montes al comienzo de la segunda parte del España-Arabia. Pues bueno: reivindiquémoslo. A fuerza de pajarita, «tiquitaca» y «la vida puede ser maravillosa», Montes ha conseguido que hablen de él incluso quienes todavía no pueden ver La Sexta, que siguen siendo muchos millones de espectadores. Por cierto que esto no hay que olvidarlo a la hora de leer los resúmenes de audiencia: es verdad que la mayoría del público opta por Cuatro, pero es que la mayoría del público no tiene otra por la que optar.
Y lo que se encuentra en Cuatro es la antítesis perfecta de Montes: frente a la elocuencia desmedida de Montes, lengua que nunca descansa, el verbo ahorrativo y parco de Maradona. Uno oye a Maradona y tiene la impresión de hallarse ante uno de esos gauchos casi paródicos de Borges, que entre largos y lentos sorbos de mate dejaban vencer la promesa de una palabra que nunca llegaba a salir de sus bocas. A Maradona, eso sí, hay que reconocerle una cosa: cada vez que habla, da en el clavo. El inconveniente es que habla poquísimo. También en esto La Sexta ofrece el ejemplo contrario: Salinas, que comenta mucho y, además, lo hace con mejor tino que cuando trabajaba para TVE. Eso, en lo que concierne al sonido. Respecto a la imagen, la verdad es que, visualmente hablando, hay pocos espectáculos tan coloristas como un partido de este género.
Las imágenes de ambiente que la cámara nos mostraba podrían caber en un vídeo titulado Estampas de la España plural: aficionados disfrazados de toreros, con su montera, su traje de luces y hasta sus patillas ochocentistas; aficionados con gorro de polichinela en rojigualda bicolor; aficionados con la bandera pintada en las mejillas al modo comanche. La cámara nos los mostraba distribuidos en la grada por sectores, por grupos, todos homogéneos en su maquillaje, de modo que la cosa tenía un aire como de festival de comparsas carnavaleras. Y más cosas: el rosario devoto de David Villa, el crespo tupé de Fernando Torres, el gesto hosco de Aragonés ¿Y más? Poco más. El partido fue casi lo de menos.