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La obsesión por marcar

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Una vez que Juanito consiguió adelantar a la selección, el encuentro se convirtió en una competición por comprobar quien marcaba antes y más goles que los demás. Joaquín y Reyes ya habían dado varias muestras de su empeño por agradar a Luis Aragonés a base de perforar la meta de Zaid, el meta árabe.

El exceso de individualismo español presidió el encuentro. Cegados por el deseo de estrenar su cuenta en la Copa del Mundo o por aumentar su bagaje, varios futbolistas se olvidaron de que el fútbol es un juego de equipo y que ahí radica el éxito de este deporte. Pero ayer Joaquín, Reyes, y más tarde Villa parece que no lo entendieron así.

Querían lucirse. Así, por ejemplo, el bético, que martilleó a los saudíes con sus entradas por la banda derecha, agachaba la cabeza una y otra vez y chutaba a puerta; no vio a Reyes en una ocasión, tampoco a Villa más tarde, ni a Torres después. De todos ellos, fue el 'Niño', en plena lucha con Klose por el puesto de máximo goleador, el que no se olvidó de pasar el balón. El resto se obsesionó.