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La precisión suiza acaba con Corea
Los helvétivos quedan primeros de su grupo y se enfrentarán a Ucrania en los octavos de final
Actualizado: GuardarSuiza, uno de los tapados del Mundial, no deslumbra pero es solvente, tiene buena pinta. Liderada por esa emergente pareja de jóvenes que forman Senderos y Barnetta, que levantaron una Eurocopa sub-17, superó a los incansables coreanos, acabó líder de grupo y evitó enfrentarse a España en octavos.
Los helvéticos de Kobi Kuhn, que preparan su próxima Eurocopa, son dinámicos y recios, plagados de futbolistas que militan en grandes Ligas europeas. Desde luego, no son inferiores a Ucrania, su próximo adversario.
Vencieron pero no lo tuvieron tan sencillo ante los surcoreanos. Por más que yan sean un clásico, con siete Mundiales a sus espaldas y semifinalistas hace cuatro años en casa, no dejan de sorprender estos pequeños asiáticos que corren como posesos, se multiplican y aparecen por cuando menos te lo esperas. Son mucho peores que la mayoría de sus rivales, pero siempre les ponen en dificultades por su resistencia y capacidad de sufrimiento. Como no les sometas por completo cuando les dominas, se revuelven y se te suben a las barbas. Sólo verles correr sin descanso ya resulta agotador.
Acorralados
El duelo se ajustó a la lógica. Suiza, con el típico patrón europeo que combina toque y físico, cumplió con su papel de favorito y salieron a por el partido desde el principio. Sabían los helvéticos que el empate les bastaba para clasificarse, pero no era cuestión de hacer tonterías. Necesitaban vencer para garantizarse el primer puesto, eludir a los hombres de Luis Aragonés en el cruce de octavos de final y continuar su notable progresión en el panorama internacional.
Aunque sin crear muchas ocasiones, porque siempre aparecía el cuerpo o la pierna de un asiático para desbaratar el peligro, acorralaron al adversario. Se adelantaron merced al golpe preciso en un golpe franco del veterano Hakan Yakin, un superclase al que siempre la faltó carácter, y a la entrada con todo del joven Senderos. Marcó pero se jugó su cabeza y la de Choi, ya que ambos acabaron chorreando sangre y atendidos en la banda. Un gol de raza, de toda la vida.
Luego, como los de Advocaat seguían atrás, los suizos pensaron que con dormir el partido sería más que suficiente. Ganaban, el rival era incapaz de acercarse a sus dominios y veían todo resuelto.
Pero, también como es costumbre, los surcoreanos emergieron de la nada cuando el primer tiempo agonizaba. Y a base de insistencia, de barullos, de una fe inquebrantable, no empataron de milagro. Más bien, porque el portero Zuberbuehler lo evitó.
Eso les sirvió de aviso y les impidió dormirse en la reanudación. En la segunda parte los suizos, que no han encajado ni un solo gol en la primera fase, sujetaron mejor al rival y sentenciaron en una acción confusa en la que el árbitro desautorizó al asistente, que levantó el banderín sin apreciar que el balón venía de un adversario. Frei, un buen delantero del Rennes francés, no perdonó.
El sueño asiático se esfumaba por la precisión de los helvétivos.