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Serra coloniza España
Una nueva escultura del artista norteamericano se alza en Bilbao para completar la mayor concentración de su obra en el mundo
Actualizado: GuardarNo hay otro país en el mundo que tenga mejor representado en su fructífera madurez a Richard Serra, considerado el escultor más importante de la segunda mitad del siglo XX. España cuenta desde ayer con una segunda escultura al aire libre del veterano artista californiano de ascendencia hispana, un creador que ha concebido en la última década la producción más ambiciosa y admirada de su trayectoria, realizada a base de planchas de acero torneadas. De él guarda el cercano Museo Guggenheim desde hace un año, en su interior, una colección única de ocho esculturas de dimensiones gigantescas.
La nueva pieza, titulada New Union, es propiedad de un empresario cuyo nombre no ha sido dado a conocer, quien la ha cedido en depósito al Museo de Bellas Artes de Bilbao. Ayer quedaba instalada ante el edificio antiguo del centro.
Esta nueva obra en el paisaje de Bilbao, que el artista norteamericano creó en 2003 con vistas a su exhibición en la primera Bienal de Arte Contemporáneo de Sevilla en el otoño del año siguiente, está formada por dos planchas de acero cortén de 3,6 metros de altura y una envergadura de 10,8 metros.
Los dos planos curvados, de un grosor de entre 4 y 5 centímetros, se mantienen en pie ensamblados por los extremos, formando en medio un hueco secreto de formas apuntadas, sólo visible en altura.
Una pieza enigmática
«Es una pieza extraordinaria y enigmática, tanto por su aparente simplicidad a primera vista, como por la complejidad que en realidad encierra, al formarse a partir de una forma esférica y otra toroidal», explicaba el director del centro, Javier Viar, que enfatizaba una de las razones de la obra de Serra, como es «la experiencia que proporciona al espectador», en este caso «una experiencia cambiante, ya que al rodearla refleja de alguna manera espacios distintos».
«La tensión espacial del encuentro entre la plancha de sección cóncava y la de sección convexa desfía las ley de la gravedad,
La obra pesa 40 toneladas y viene a sumarse a otra pieza del escultor que este museo obtuvo en depósito el año pasado de otro coleccionista local. Se trata de una obra de 1987 titulada Five Plates Counter Clockwise Pentagon (Pentágono en sentido contrario al de las agujas del reloj). Es bastante más pequeña y está instalada al otro lado, junto a la entrada por el edificio moderno. Está formada por cinco planchas planas de 1,70 metros de alto, que se encuentran de canto, como las palas de una noria, formando de pie, en su parte central, un hueco de forma pentagonal que queda oculto.
Al igual que sucedió con ésta, la cesión en depósito de la nueva obra al histórico museo se produce por un periodo prorrogable de cinco años. Y como en aquella ocasión, la galería Colón XVI, de Bilbao -además de gestionar la adquisición en su momento- ha mediado entre el museo y el propietario, un empresario local que tampoco quiere salir del anonimato.
«No hay ninguna contraprestación», aseguraba Viar; el museo corresponderá al gesto del coleccionista con el cuidado permanente de la pieza, «confiando en que no se hagan pintadas», añadía el director del centro.
El Museo de Bilbao dispone de otra pieza de Serra, adquirida en 1985: Maqueta para A vertical piece (1984-85), correspondiente a una obra pública en acero de gran altura, instalada en el moderno barrio parisino de La Defènse. Definitivamente, Serra se muda a España.