La granja avícola se reconvertirá en mercado de abastos

La visita que la alcaldesa de Jerez, Pilar Sánchez, acompañada de la delegada de Participación Ciudadana, Irene Canca, hizo ayer a las instalaciones de la granja avícola de Afanas en la barriada de La Marquesa dio pronto sus frutos. Esta granja, que provocó hace unos meses las protestas de los vecinos por los malos olores provocados por los animales, será reconvertida en una especie de mercado de abastos o centro comercial que dote de recursos a la zona.

El objetivo de la visita era hablar con sus responsables para buscar una solución al necesario cambio de actividad de las instalaciones, que desde hace algunos años, lindan con las nuevas viviendas que se han construido en la zona. Así, la alcaldesa de la ciudad se reunió con el presidente de Afanas, Flaviano Valencia, que fue quien hizo la propuesta, y con los padres y madres del centro.

De momento, lo que hay sobre la mesa es un principio de acuerdo entre las dos partes que será presentado próximamente a los vecinos de las urbanizaciones colindantes.

Según los representantes políticos, la intención es que se mantengan los puestos de trabajo que disfrutaban hasta ahora mismo las personas con síndrome de down del centro y que además se dote a una zona en constante crecimiento demográfico, como es la Zona Noreste, de recursos comerciales apropiados y cercanos a las unifamiliares.

De hecho, tal y como anunció la alcaldesa ayer, la actividad industrial de la granja avícola de La Marquesa quedará suspendida a finales de 2006 o principios de 2007, como muy tarde.

La opinión de los vecinos

Los vecinos de la zona de La Marquesa acogieron ayer con entusiasmo la propuesta conjunta del Ayuntamiento y la dirección de Afanas, de reconvertir las instalaciones en un mercado de abastos para la zona. Según el presidente de la asociación de vecinos La Marquesa, Eugenio Muriel, «nos parece estupendo que todos los vecinos podamos disponer de un mercado junto a nuestros domicilios, porque ahora tenemos que ir lejos a comprar cualquier cosa».

Además, asegura Muriel, «que es muy bueno que este centro comercial esté gestionado por los propios chavales que ahora trabajan en la granja de pollos. Van a conservar su trabajo y va a finalizar el nuestro».

Para los vecinos, que hace aproximadamente tres meses protagonizaron una protesta con corte de tráfico de la avenida de Arcos incluida, se acabaron los malos olores y las plumas revoloteando por los patios que comparten muro con las instalaciones de la granja. En aquella manifestación, los vecinos argumentaron razones de salud pública para pedir el traslado de la granja.