EUFORIA. Los jugadores ghaneses celebran su clasificación para octavos tras imponerse a Estados Unidos. / AP
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La 'Brasil africana' hace historia a ritmo de toque

Ghana alcanza los octavos de final en su estreno mundialista con otra demostración de técnica ante la tosca selección de EE UU

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El 22 de junio de 2006 se recordará siempre en la historia del fútbol ghanés. El que ha demostrado ser, hoy por hoy, el mejor equipo africano conquistó ayer su pasaporte para los octavos de final, primer colofón a un debut en la máxima competición universal que el conjunto de Dujkovic afrontó sin respeto a la tradición. Porque conseguir esta clasificación fue siempre su objetivo. El buen nivel técnico de esta selección la acreditaba para alcanzar más altas cotas que la mera participación y sus jugadores han cumplido con las expectativas. Se sienten, como afirma Appiah, «los brasileños de África». Y ahora esperan plantar cara a la otra Brasil, la de verdad, en octavos. No tienen nada que perder y confíen en que que el exceso de responsabilidad pese en el pentacampeón.

Ghana remató su éxito con una victoria frente a la ruda selección estadounidense. La clase de Essien, Appiah y Pimpong se funde con la fuerza de Draman y Amoah para crear un potencial de fútbol que circula el balón con gusto agradable para el espectador. La velocidad pone la guinda al pastel.

Con esos ingredientes, los africanos derrotaron técnicamente a su adversario. Draman marcó el primer tanto con un preciso remate en rosca después de un error defensivo de Reyna. Al poco, Ghana devolvió el favor, Beasley robó una pelota y, tras avanzar unos metros, lanzó un buen centro que Dempsey aprovechó con un trallazo imparable.

Pero, al filo del descanso, Appiah, de penalti, sentenció. Cierto es que el árbitro alemán se inventó la pena máxima, pues Bocanegra no empujó a Pimpong en un balón alto y sin peligro. En cualquier caso, los muchachos de Djukovic también se habrían clasificado con el empate. Appiah tomó la responsabilidad de lanzar el penalti por ser un ejemplo para sus compañeros. Ya disputó tres campeonatos del mundo en las categorías inferiores y fue el campeón más joven de su equipo en el Mundial sub 17 de 1995. Es el referente del Brasil africano.