La hora de los meritorios
El trámite de mañana ante Arabia Saudí permite a Luis Aragonés cumplir su objetivo de «hacer piña» en el grupo y levantar el ánimo de los jugadores suplentes dándoles una oportunidad de reivindicarse
Actualizado:Con los octavos de final en perspectiva, el partido ante Arabia Saudí en Kaiserlautern se presenta como un trámite que servirá para dar descanso a los titulares y minutos de juego a los suplentes. O visto desde otra perspectiva: para hacer grupo y contentar a los futbolistas que tienen un papel secundario y necesitan una oportunidad para animarse y sentir que su trabajo diario en la concentración de Kamen tiene alguna recompensa tangible. De hecho, hasta un titular fijo y rebosante de ansias de gloria como es Fernando Torres dio ayer sus bendiciones a la decisión de Luis Aragonés de jugar mañana con el equipo B. «El míster ha decidido dar descanso a los que jugamos y eso va a ser bueno porque los demás compañeros se van a sentir enchufados», valoró el máximo goleador español en este Mundial.
En la selección ha llegado, pues, la hora de los meritorios, de ese grupo de internacionales a los que se podría dividir en dos bien diferenciados: los que todavía se ven con opciones de jugar y llaman a la puerta de la titularidad, y los que han asumido su rol de suplentes y se contentan con jugar al menos un partido y debutar en Alemania. Entre los primeros estarían Raúl, que disputará la primera parte con el objetivo personal de convencer al 'sabio de Hortaleza' de que el puesto de Luis García como enganche debe ser suyo; Cesc Fábregas, que tras su exhibición ante Túnez desea seguir reivindicándose; Joaquín, Reyes o incluso David Albelda, que ha perdido su puesto en favor de Xabi Alonso, pero quiere demostrar que su concurso sigue siendo necesario, sobre todo pensando en los partidos más ásperos que le esperarán a la selección española a partir de octavos de final.
El caso de Iniesta
Entre los que son conscientes de que tienen demasiada competencia y, en el fondo, saben que su participación en este Mundial de Alemania va a ser muy reducida, salvo lesión de algún compañero o repentino cambio de criterio del seleccionador, se encuentra Andrés Iniesta, uno de los grandes peloteros de esta selección tan pródiga en ellos. El futbolista del Barcelona completó una magnífica temporada en su club y se ganó con todo derecho su inclusión en la lista de Luis Aragonés. La titularidad, sin embargo, es otra cosa. Xavi Hernández y Cesc Fábregas, otros dos productos de La Masía y del espíritu que impregnó en ella Johan Cruyff, están por delante de él. El albaceteño, un chaval tímido de voz queda, no se queja de la competencia. Todo lo contrario. «Es bueno competir con jugadores como Xavi o Cesc. Tanto aquí como en mi club estoy acostumbrado a competir con magníficos futbolistas. Pero a mí esa competencia me estimula y me hace mejor jugador», advirtió.
Iniesta parece haberse tomado con resignación su suplencia. No se le nota muy afectado por no haber disputado un solo minuto en lo que se lleva de Mundial. Ahora bien, tampoco es que esté contento. «Cuando uno no juega, se siente mal. No conozco a ningún jugador que esté contento cuando no juega. Pero esto es un Mundial y uno debe ser consciente de que, por encima de todo, está el equipo», declaró el centrocampista manchego, que sabe que tiene su público, que son muchos los aficionados españoles que desean verle en el campo. «Voy a darlo todo, eso está claro. Cuando tienes una oportunidad hay que intentar aprovecharla. Quiero demostrarle al seleccionador que cuando quiera puede contar conmigo», comentó.
Sobre su posición el campo, que en principio será la que ocupa Xavi Hernández, Iniesta no tiene preocupación alguna. Le vale cualquier lugar de la zona media siempre que por ella circule el balón. «Con este sistema, yo estoy muy bien en cualquiera de las tres posiciones del centro del campo. De hecho, con el Barça he jugado en las tres. El míster me conoce y sabe donde puedo rendir», afirmó.
Otro meritorio con ganas de reivindicarse es Joaquín, uno de los protagonistas de la remontada ante Túnez. El extremo del Puerto de Santa María, que necesita brillar en el escaparate del Mundial para poder cumplir su sueño de fichar por un 'grande', es un tipo sincero y con un concepto bastante alto de sí mismo. Se gustó mucho en el amistoso ante Croacia y volvió a gustarse en el Gottlieb-Daimler Stadium de Sttutgart frente a la selección de Roger Lemerre. Y aunque el sistema del 4-3-3 por el que ha apostado Luis Aragonés no es el más idóneo para un jugador de sus características, como le ocurre a Reyes, él no se resigna. «El otro día pudo venir bien que saliese en la segunda parte porque las cosas se pusieron complicadas y jugadores como Reyes y como yo damos más amplitud al equipo. Pero uno lo que quiere es jugar desde el principio», reconoció.
El equipo, lo importante
El jugador del Betis, en fin, no se conforma con ser el jugador 12, 13 o 14 de la selección. «No quiero ser un revulsivo, pero si tiene que ser así, pues muy bien. Uno egoistamente quiere jugar desde el principio, pero lo importante es el equipo. Y en ese sentido todos tenemos que estar muy satisfechos porque somos una piña», aseguró Joaquín, cuyas preferencias de cara a los octavos pasan por evitar a Corea, más que nada para evitar «los malos recuerdos»; es decir, el recuerdo doloroso de su fallo en la tanda de penaltis que supuso la eliminación de España en el pasado Mundial.