Manolete se esconde en Sanlúcar

Los sanluqueños se quedaron con las ganas. Como ocurre en cualquier ciudad del mundo -exceptuando a Cádiz que en los últimos tiempos está de moda- el rodaje de una película no suele parar ante las puertas de casa. Y no se trataba de un corto casero o de un documental de esos que sólo se emiten en Japón, se trataba de toda una superproducción al más puro estilo hollywodiense.

Pero no pudo ser. Muchos fueron los que ayer se congregaron en torno a las calles Santiago y Cristo de las Aguas para poder ver de cerca cómo es por dentro el proceso de creación de una película y, como no, ver aún más cerca a los protagonistas de esta cinta, el actor norteamericano Adrien Brody -que se tomó descanso el martes- y los españoles Penélope Cruz y Santiago Segura, que se unió en la jornada de ayer al resto del equipo.

Atestados los alrededores desde primera hora de la mañana, decenas de sanluqueños se quedaron de piedra cuando comprobaron que en esta ocasión tampoco les verían. Pocos fueron los afortunados que coincidieron con ellos el martes, ya que pasaron la jornada en el interior del Palacio de Orleans. Ayer, las calles adyacentes al rodaje habían sido cortadas por la Policía, y actores y equipo eran tapados con enormes toldos que impedían la visión. Las quejas de los vecinos no sirvieron para nada, pues en esto del cine mandan los especialistas que consideraban necesario esconder las escenas para tapar la luz directa y mejorar la calidad de la imagen.

Sólo un simpático Adrien Bro-dy saludaba a los allí reunidos al acceder al set de rodaje, aunque cobijado bajo un gran paraguas que le protegía del sol.

Tras abandonar Sanlúcar, localidad a la que regresará el rodaje el 6 de julio, El Puerto de Santa María recibe hoy a Manolete. La plaza de toros, una de las viviendas de la calle Larga o los alrededores de la antigua discoteca Joy Sherry serán los escenarios por los que el equipo se moverá durante las próximas dos semanas.