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ESPAÑA

Mari Mar, a los padres de los etarras: «Más me voy a reír cuando los vea pudrirse en la cárcel»

M. S.-P./MADRID
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La tensión contenida durante dos días estalló al final. Mari Mar Blanco, hermana del concejal asesinado, no aguantó más. Justo cuando la fiscalía terminaba su alegato final, la mujer y varios de sus familiares, amigos y dirigentes del PP prorrumpieron en aplausos al Ministerio Público, que luego se convirtieron en gritos e insultos contra los etarras y sus familiares. La presidenta del tribunal ordenó entonces la expulsión de la familia Blanco y sus allegados.

Fue el encendido alegato final del fiscal Miguel Ángel Carballo el que desencadenó los incidentes. Un cerrado aplauso fue la respuesta de los familiares y allegados de Blanco a la petición de la Fiscalía de la «máxima pena» para los procesados. La ovación se convirtió en gritos de «¿Justicia, Justicia!» que a su vez se transformaron en insultos primero a los etarras y luego a sus familiares.

«¿Miradme a la cara!»

Segundos después y en plena trifulca, Mari Mar Blanco se dirigió a la celda acristalada para increpar a los dos procesados: «¿Miradme a la cara que conmigo no habéis podido!». Las voces de la hermana del concejal y el alboroto fueron los únicos hechos capaces de interrumpir la charla de Txapote y Amaia, que se limitaron a mirar impasibles a la mujer.

Luego, Mari Mar Blanco se dirigió a los cuatro familiares de los etarras, que momentos antes saludaban y sonreían a los dos procesados. «¿Reíos, reíos... que más me voy a reír yo cuando vea a vuestros hijos pudrirse en la cárcel!», espetó la hermana del edil a los padres de los terroristas. Fueron las últimas palabras audibles de Mari Mar Blanco antes del desalojo, que se llevó a cabo en menos de un minuto y sin más altercados.