Historia de un amor interrumpido
La Caleta vuelve a convertirse en plató cinematográfico para albergar las escenas más románticas de la película 'Manolete', protagonizada por Adrien Brody y Penélope Cruz
Actualizado:México años 40, una joven pareja imagina un futuro en común ajenos a la desgracia que se les avecina y que les separará para siempre. Sus protagonistas, el torero Manolete y su novia, Lupe Sino, volvían a revivir su amor gracias a la magia del cine.
La Caleta se vestía de gala ayer para acoger un nuevo rodaje. En esta ocasión, la playa más típicamente gaditana no estaba en Cádiz, tampoco en Cuba con James Bond, esta vez se había trasladado hasta México, lugar donde Manolete y su novia vivieron el comienzo de un amor truncado por un toro llamado Islero.
Desde la mañana, decenas de extras, y otros muchos miembros del equipo del filme Manolete, se agolpaban en torno al balneario de La Palma para convertirlo en un bar mexicano de los años 40. Los trajes de época y los decorados montados desde hace semanas para la ocasión atraían a los curiosos que se agrupaban tras las vallas de seguridad a la espera de ver a sus ídolos.
Manolete y Lupe Sino, encarnados por los actores Adrien Brody y Penélope Cruz, se hicieron esperar, pero fue llegar ellos y comenzar la verdadera acción. Bajo la atenta mirada del director Menno Meyjes -siempre muy pendiente de cada detalle y entrada de los actores-, el equipo de Manolete rodaba la que sin duda era la escena más romántica de esta película que narra los últimos días del torero cordobés.
Ataviada con un bañador blanco con estampado azul y sombrero, Penélope Cruz recibía los últimos consejos de Meyjes antes de comenzar la escena. Por su parte, Adrien Brody, con bañador verde y blanco a rayas y camisa blanca, esperaba en su hamaca el inicio de la secuencia.
Más de media docena de tomas fueron necesarias para que Meyjes diese por buena la escena en la que, en las tumbonas del bar mexicano La Perla, Manolete y Lupe Sino contemplan a una familia ejemplar mientras sueñan con ser algún día como ellos.
Brody, encantado
Entre toma y toma, los curiosos que se habían acercado hasta La Caleta con el fin de poder ver, si no tocar, a los actores intentaban llamar la atención de sus estrellas. En el caso de Penélope Cruz, el intento no fructificó, pero un simpático Adrien Brody firmó algún que otro autógrafo, mostrándose mucho más accesible que su compañera.
Inclusive, el actor americano y ganador de un Oscar por El Pianista, saludó a los asistentes al rodaje con un «hola» en español, mientras aseveraba en inglés al ser preguntado por su estancia en la ciudad, «I really love it, I love Cádiz» -«Realmente me encanta esto, adoro Cádiz»-.
Ya por la tarde, y tras la parada que hizo el equipo a la hora de comer, el rodaje se reanudaba en el paseo Fernando Quiñones, concretamente en el lado izquierdo del Castillo de San Sebastián. Aunque los actores llegaron en coche desde Valcárcel -donde el equipo había instalado su cuartel general- hasta el paseo, Penélope Cruz realizó un pequeño trayecto a pie, el justo para poder asegurar que estaba «encantada de estar aquí» y de trabajar con un actor de la talla de Adrien Brody.
Mientras los curiosos se multiplicaban, los actores se situaban en sus posiciones y se preparaban para rodar el romántico paseo de los dos protagonistas por el lado izquierdo del Castillo de San Sebastián. Unos acaramelados Manolete y Lupe -él con pantalón oscuro y camisa blanca y ella con un vestido de época en tonos verdes y estampado- se hacían carantoñas en cuanto la claqueta anunciaba el comienzo de la escena.
Abrazados como dos enamorado, Brody y Cruz se dedicaban todo tipo de caricias, y algún que otro apasionado beso, como hicieran el torero y su novia en algún lugar perdido de México, ya que aquí en España nunca pudieron hacer público su noviazgo.
Además del parecido físico que comparten Adrien Brody y Manolete y la excepcional caracterización de Penélope Cruz como Lupe Sino, su buen trabajo interpretativo es una de las bazas por las que el director holandés -responsable de películas como, Indiana Jones y la última Cruzada, El Imperio del Sol o El color púrpura, entre otras- ha apostado por ellos, pues tal y como Meyjes aseguraba ayer, «los actores están brillantes en sus papeles».
«Encantado» de rodar en España, «su país favorito», y en Cádiz, «una ciudad que me encanta», Menno Meyjes prometía ayer regresar a rodar en la ciudad. Así pues, parece que Cádiz volverá a disfrutar de la magia del séptimo arte en alguna ocasión más. Y es que los que prueban, repiten.