Los pasajeros disfrutan de la travesía en la cubierta superior. / M. ALMAGRO
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Con vistas a la Bahía 30 minutos

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Son las 9.30 horas y del atraque de la antigua lonja de El Puerto sale el cuarto catamarán que pone en servicio el Consorcio de Transportes. Tras previo pago de 1,80 euros, (tarifa única, por billete, sin descuento de ida y vuelta), comenzará el viaje de una treintena de pasajeros que ya esperan en el atraque. El barco aparece por el río Guadalete minutos antes de su nueva salida. Sin repostar y a la hora prevista, comienza de nuevo su itinerario. Usuarios de todas clases: parejas de curiosos jubilados, señoras en grupo que van a pasar un día a la capital, algún trabajador, niños inquietos y, turistas extranjeros que miran asombrados todo lo que huele a mar.

Dirección ya a Cádiz, de lejos se observan los coches que algunos han dejado estacionados en el parking del Consorcio. Con tarjeta, gratuito. Sin ella, un euro la hora de estacionamiento. La nubosidad no parece que intimide a los que prefieren disfrutar de un recorrido por mar en la parte de arriba del barco. Sobre las olas, escuchando la música de ambiente y con vistas a la Bahía. «Mira, el vaporcito», le comenta una de las viajeras a su amiga. «Solo van cuatro», se sorprende esta última.

Todo marcha según lo previsto. El catamarán surca la Bahía sin problemas y entra en el puerto de Cádiz minutos antes de las diez de la mañana. La salida del próximo barco, retrasa por unos instantes el atraque del siguiente. Pero, aún así, objetivo cumplido: en 32 minutos se ha llegado al puerto de Cádiz y sin pasar el mal trago de otro atasco en el puente Carranza.