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CONTROL. Trabajadores palestinos esperan junto al muro de separación de Cisjordania para poder pasar a Jerusalén. / AP
MUNDO

Abú Mazen avisa de que un acuerdo con Hamás no evitará el referéndum

Fatah y la organización fundamentalista formalizan un amplio compromiso sobre casi todos los puntos del polémico documento de los prisioneros palestinos

EUGENIO GARCÍA GASCÓN AGENCIAS/JERUSALÉN BRUSELAS
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El presidente de la ANP, Mahmud Abbas (Abú Mazen), está determinado a celebrar el referéndum que ha convocado para el 26 de julio, con independencia de que en los próximos días alcance o no un acuerdo con Hamás sobre el documento de los prisioneros. «Los preparativos administrativos y prácticos para la consulta continúan, ya que el asunto básico no reside en que se logre un pacto con la organización fundamentalista, sino en la aplicación del escrito», explicó Yaser Abed Rabbo, miembro del comité ejecutivo de la OLP.

Todavía no está claro si esta posición de Fatah favorable a mantener el referéndum pase lo que pase en las negociaciones en curso es una decisión irrevocable o sólo una táctica de presión. En cualquier caso, el grupo islámico se ha opuesto hasta ahora al plebiscito.

Fatah y Hamás formalizaron ayer un amplio compromiso sobre casi todos los puntos, 18, del plan de los presos, y sobre el resto de las apartados existía un principio de acuerdo que ahora tiene que ponerse por escrito, lo que se supone la tarea más difícil.

Los puntos problemáticos están relacionados con el final de la lucha armada dentro de los territorios ocupados, incluida Jerusalén, y con el reconocimiento de Israel, si bien es cierto que el documento de los prisioneros no pide el fin de las hostilidades en Cisjordania y Gaza. Tampoco está claro si lo que se persigue en las negociaciones es la formación de un gobierno exclusivamente formado por tecnócratas o un ejecutivo donde la mayoría de los ministros, pero no todos, sean independientes que no estén afiliados ni a Hamás ni a Fatah.

La influencia de EE UU

La decisión podría depender de la actitud de la comunidad internacional, básicamente de Estados Unidos, y estaría en función de si Washington está dispuesto a acabar con el veto que pesa sobre las ayudas financieras internacionales. Lo que sí que parece claro es que al frente del nuevo ejecutivo figurará una personalidad independiente aceptable para todos. Y el nombre que suena con más fuerza es el de Munib al-Masri, un hombre de negocios de Naplusa que cuenta con el respaldo de los dos interlocutores.

El futuro gobierno será aprobado por el Parlamento, donde Hamás cuenta con mayoría, y se encargará de afrontar los asuntos del día a día, mientras que Abú Mazen se reservará todo lo concerniente a las negociaciones con Israel.

Fuentes palestinas indicaron que pronto se celebrará una reunión en Egipto en la que participarán los presidentes Mubarak y Bashar al-Asad, además del líder de la ANP. En el encuentro se intentará que Al-Asad presione a la dirección de Hamás en el exilio para que acepte el acuerdo. La Comisión Europea (CE) realizará a comienzos de julio los primeros pagos del mecanismo de ayuda de emergencia al pueblo palestino una vez que el Cuarteto para Oriente Próximo (ONU, EE UU, UE y Rusia) acordó su puesta en marcha.

El proyecto quiere evitar una crisis humana a la población, que recibirá ayudas directas sin pasar por el Gobierno de Hamás, con el que la comunidad internacional ha cortado la cooperación hasta que renuncie a la violencia, reconozca a Israel y acepte los acuerdos sobre la región.

Tras varias semanas de intensas negociaciones, el apoyo del cuarteto al mecanismo ideado por la CE y su rápida puesta en marcha pueden ayudar a la gira que hoy emprende por la región la comisaria europea de Relaciones Exteriores, Benita Ferrero-Waldner. «El respaldo del Cuarteto es un importante paso adelante que nos permitirá ahora empezar a llevar a cabo nuestras propuestas», afirmó ayer la comisaria en un comunicado.

El mecanismo, que busca cubrir necesidades básicas sin que el dinero pase por el Gobierno palestino, está formado por tres elementos: sector salud (suministros esenciales y pagos a profesionales); servicios públicos (incluyendo combustible) y subsidios económicos directos a los más necesitados.

Las dos primeras partes «serán lanzadas inmediatamente, con el objetivo de hacer los primeros pagos a personas a comienzos de julio», anunció Ferrero-Waldner.

El objetivo es que se pongan en marcha «lo antes posible», señaló la comisaria, quien insistió en que funcionarán con los más estrictos controles y transparencia. También recalcó que los europeos quieren desempeñar un papel clave «en prevenir una crisis humana» en los territorios palestinos, pero insistió en que no puede haber una relación normal con un Gobierno «que aún no ha aceptado los principios básicos de la paz».

La Comisión propuso el viernes aportar unos 100 millones de euros en 2006 al mecanismo internacional, que recibió el respaldo de la cumbre de líderes de la Unión Europea.