A la espera del contratiempo

La vida en un Centro de Defensa Forestal (Cedefo) puede parecer algo tranquila mientras se espera cualquier contratiempo para que los retenes comiencen con su trabajo. Sin embargo, en el centro de Algodonales echan por tierra esta imagen y se demuestra que es una creencia falsa nada más entrar por la puerta.

Su funcionamiento, según cuenta el técnico de operaciones, Francisco Cabezas, «está protocolarizado hasta el último detalle. A diario los miembros de los retenes, supervisados por los técnicos, ensayan las situaciones que se pueden encontrar en un incendio, desde como desenvolverse con las mangueras de extinción hasta como montarse en el helicóptero, sin que su integridad física peligre».

A todo ello hay que añadir la formación teórica y práctica que reciben. «Hay que tener en cuenta que estos agentes no han pasado por una formación previa y que por tanto deben aprender del día a día con los compañeros todo lo que es necesario para desempeñar su función». Esto incluye el manejo de planos, la realización de primeros auxilios y toda la formación teórica que imparten los formadores del Plan Infoca. «La preparación física es uno de los aspectos que se cuidan a diario con el preparador físico», explica Cabezas.

El funcionamiento del centro gira en torno a la disponibilidad del helicóptero con el que cuentan. Éste tiene unas horas de vuelo disponible y durante las mismas siempre tiene que haber un equipo de retén disponible para entrar en acción en cualquier momento. La cantidad de horas varía en función de la salida y la puesta del sol. Actualmente, hay quince horas disponibles de vuelo determinadas por la luz, llegando a mediados de junio a veinte. A esto hay que sumar que los efectivos pueden ser avisados siete horas después de acabar su turno para entrar en acción, lo que supone que siempre hay efectivos disponibles para actuar ante posibles emergencias.