Lazos de vecindad

Dice Zapatero que la UE ya entendido que la llegada de hordas de inmigrantes ilegales es un problema comunitario y ahora el Gobierno buscará una nueva alianza de civilizaciones, esta vez con la africana, a través de una cumbre UE-África que ha propuesto celebrar el próximo año.

El orden del día podría ser la aprobación de fondos para el desarrollo, la sanidad o la educación; la adopción de medidas activas para frenar las masacres y las decenas de conatos de guerras civiles; la intervención de los cientos de cuentas de líderes africanos en paraísos fiscales. Pero no, el orden del día probablemente sea la instalación de una verja que supere los tres metros de la de Ceuta y recorra de norte a sur el litoral de África. Quizá Sharon nos pueda dar una idea de cómo expropiar y amordazar (con tanques y billetes) para que la comunidad internacional no sepa más de la cuenta. Así, confinados, diríamos adiós pateras y cayucos, las empresas seguirían con su política de expansión y nosotros podríamos volver (digo legalmente) al caladero marroquí a pescar lo que aquí ya no nos queda porque hemos esquilmado nuestros recursos. Claro que esto último será una realidad si el Gobierno marroquí no comete la osadía de negarse a que los pescadores españoles faenen con luz, con una luz como un sol de justicia (prohibida en Marruecos), para atraer a más peces y rentabilizar la salida.

Una vez más, negociamos la paz y fabricamos la guerra porque a lo mejor en 2010 tenemos que parar otro frente de ilegales, comandado por pescadores, que reclama lo que un día expoliamos del fondo de su mar. De nada valen las «medidas compensatorias». El poder siempre cae en las mismas redes.