El campo de las iraníes
Actualizado: GuardarEl fútbol en Irán en sólo cosa de hombres. Y no porque las mujeres no estén interesadas en el deporte del balón, sino porque las autoridades les impiden acercarse a los estadios. Y es que las leyes del país asiático les prohíben asistir a los partidos. Semanas antes del inicio del Mundial, un puñado de mujeres persas se manifestó para reclamar su derecho a disfrutar de los encuentros en directo. Ese día su selección se enfrentaba a Bosnia y ellas se tuvieron que contentar con imaginarse o ver por televisión los cinco goles que marcó su equipo al combinado balcánico. Emociones en diferido.
Las grandes aficionadas al fútbol han tenido que recurrir a la picaresca para colarse en los campos iraníes. No era extraño ver a algunas de ellas saltando los muros para acceder a las gradas o vestirse y peinarse 'a lo chico' para acceder a un estadio. Este año hubo un corto período de tiempo en el que los gobernantes del país abolieron le ley en cuestión y permitieron la entrada de las mujeres. Sin embargo, recuperaron la normativa y las cosas se quedaron como estaban. Sólo en algún partido esporádico se ha derogado la legislación durante noventa minutos para que alguna mujer entrara en un campo en calidad de invitada.
El Mundial de Alemania, por tanto, se ha convertido en el escenario ideal para las iraníes futboleras. Se pudo comprobar ayer en las tribunas del estadio de Fráncfort, pobladas de aficionadas iraníes. Entregadas con su selección, ondearon banderas de su país, animaron sin parar, se pintaron la cara con los colores de la enseña nacional y disfrutaron de lo lindo del partido hasta que Deco rompió la línea defensiva de los persas y abrió el marcador.
Los seguidores iraníes superaron en número a los portugueses. El conjunto entrenado por el croata Branko Ivankovic jugará su último encuentro del Mundial el próximo miércoles en Leipzig. Ya no tiene ninguna posibilidad de clasificarse, pero es muy probable que vuelva a recibir el aliento de numerosas iraníes.