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La propuesta de dos torres en la avenida Juan Carlos I siembra la inquietud entre los vecinos

Los habitantes de la barriada España dicen que negociaron «a la baja» y reclaman un nuevo acuerdo para el derribo

M. CABALLERO / J. VILLASANTE/CÁDIZ
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Dos torres de viviendas presidirán, en la avenida Juan Carlos I el que será el nuevo eje transversal de la ciudad, que irá desde el puente La Pepa hasta el paseo marítimo. El avance del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) contempla la construcción de estos «hitos» que el Ayuntamiento quiere que sean edificios relevantes desde el punto de vista arquitectónico.

Para los vecinos, la idea de estas dos torres -que irían situadas a ambos lados de la avenida Juan Carlos I, en el lugar que hoy ocupan unas casas bajas- es una buena iniciativa, aunque como supone un proyecto a largo plazo, actualmente están preocupados por problemas más urgentes, como el paso de los camiones por San Severiano, que ya han ocasionado varios atropellos. «A mí me parecen muy bien las torres, pero espero que hagan viviendas asequibles o que tengan algún tipo de protección», subraya la presidenta de la asociación de vecinos de la Barriada España, Juana Cubiella.

Pero lo más importante -y lo que seguró levantará más polémica- es el diseño de ese nuevo eje transversal, desde el puente La Pepa hasta el paseo Marítimo, en lo que será la futura avenida Constitución de 1812. Ésta irá desde la glorieta del Corte Inglés, siguiendo por la avenida de Huelva, pasando por donde ahora hay una manzana de edificios hasta llegar a la avenida Juan Carlos I. De ahí cruzará por José Joaquín de Mora (que se ensanchará cuando se tire el colegio Carola Ribed y lógicamente algunas de las casas bajas anexas) y llegará hasta los jardínes de Varela. La nueva vía proseguirá por la plaza Asdrúbal y desembocará en el paseo Marítimo, donde está el edificio de la Junta de Andalucía.

El problema es que, según el diseño expuesto por los técnicos municipales, este eje requerirá la eliminación de algunos edificios relativamente nuevos en la avenida Juan Carlos I. Lógicamente, el Ayuntamiento no tiene potestad para imponer este tipo de medidas y lo que hace el PGOU es facilitar las fórmulas para que, en el caso de que se llegue a acuerdos con los propietarios, el nuevo eje pueda ser una realidad.

Una de las torres, precisamente, está situada en uno de los flancos de este futuro eje Varela y supone un aumento de la edificabilidad en esta zona. Y la otra irá en el lugar de las casitas bajas de la barriada de España, en lo que ahora son las calles Júpiter, Vulcano, Casares y Raúl Calvo. Esta negociación con el cerca de medio centenar de vecinos propietarios ya estaba cerrada en el todavía vigente PGOU, pero los vecinos reclaman ahora, al aumentar la edificacibilidad con la nueva torre, que se negocie de nuevo y se aumenten los metros cuadrados de vivienda que se ofreció a cada familia, que fueron 62 metros cuadrados. «Nosotros hemos negociado a la baja, porque era una parcela de 7.400 metros cuadrados edificables y había que incluir ahí las 44 viviendas nuestras», subraya Manuel Masón.

Dos empresas

El asunto es más complicado de lo que parece si se tiene en cuenta que no todos los habitantes de estas viviendas negociaron con la misma empresa. Unos lo hicieron con la Inmobiliaria Isleña y otros con la empresa Sy595. Finalmente ambas se unieron en una Ute que previsiblemente ejecutaría las nuevas casas. Sin embargo, ahora con la aparición de estas torres, los vecinos se preguntan «a dónde van a ir los beneficios de esa mayor edificabilidad».

Masón, que pertenece a la asociación de vecinos Beduinos de la Barriada España, cree que también es injusto que cuatro vecinos vayan a quedar fuera de esa negociación porque sus casas se encontraban junto al Carola Ribed y serán expropiadas. Por ello han pedido que sea el propio concejal de Urbanismo, José Loaiza, quien les explique personalmente el avance del PGOU. Ahora sólo están a la espera de la respuesta.