Una de las dos escombreras clausuradas. / ROMÁN RÍOS
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Ordenan el cierre cautelar de dos vertederos ilegales de escombros en Chiclana

Una denuncia de una empresa del sector llevó al Seprona a revisar cuatro instalaciones ubicadas en el municipio Si no hay alegaciones, se procederá a la clausura definitiva

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El Ayuntamiento de Chiclana ordenó ayer el cierre temporal de dos vertederos ilegales de escombros ubicados dentro del término municipal chiclanero. Esta decisión, confirmada por el delegado de Medio Ambiente en la localidad -Joaquín Muriano-, viene precedida por la denuncia de una empresa dedicada al reciclaje y almacenaje de este tipo de desechos, que ven en estas instalaciones carentes de autorización una competencia desleal.

La denuncia de la sociedad Servicio Integral de Gestión y Valorización de Residuos de la Construcción y Demolición de la Bahía supuso la apertura de una investigación por parte del Seprona. Los agentes de la Guardia Civil realizaron una batida por cuatro plantas de escombros que hay en Chiclana y confirmaron que todas ellas carecían de algún tipo de documentación como la inscripción en el Registro Administrativo Especial de Gestores de Residuos Urbanos.

Pero fue en dos de estos vertederos donde la ilegalidad era más clara. En uno de ellos, ubicado en la carretera de Medina, junto al cementerio mancomunado, el responsable de la planta no pudo acreditar ningún tipo de autorización. Otro de los vertederos inspeccionados, situado en la carretera de Fuente Amarga, el Seprona corroboró que el propietario había obtenido una licencia de obra mayor en el año 2000, que estaba condicionada a una licencia de apertura que no había solicitado. Además, no tenía la autorización de Medio Ambiente para el uso de las instalaciones como vertedero, pese a que sus responsables habían entregado en el año 99 al Ayuntamiento un estudio de evaluación de impacto ambiental.

El delegado municipal de Medio Ambiente explicó que a partir de ahora se abre un plazo de alegaciones, que se prolongará por espacio de quince días, y transcurrido el cual «se procederá al cierre definitivo».

Las ilegalidades en las que habían incurrido los responsables de estos vertederos también atentan contra la calificación de los suelos donde están instaladas las plantas. «Uno de ellos está en suelo no urbanizable y el otro sí es urbanizable pero está fuera del plan de ordenación». Muriano es consciente de que aunque se restituya la legalidad, «es normal que los desaprensivos vuelvan a intentarlo y coloquen otro vertedero en otro sitio». Por eso, entiende que es la constante persecución de estas prácticas «la única manera» de erradicarlas.

Desde el punto de vista ecológico, los dos vertederos clausurados no tienen sistemas de reciclaje avalados por las autoridades, «convirtiéndose así en simples almacenes» donde se acumulan los desechos, con la consiguente degradación del entorno.