La defensa del guardia civil dice que hubo «un cúmulo de coincidencias desafortunadas»
El agente declaró a los investigadores de la Benemérita que estaba comprobando su pistola cuando se le disparó
Actualizado:La defensa del guardia civil implicado en la muerte accidental del joven Miguel Clavijo, en una carretera de Jimena, describió lo acontecido como «un cúmulo de coincidencias desafortunadas» y sostuvo que no hubo «ningún tipo de voluntariedad» en el agente cuando se le disparó su arma reglamentaria.
El letrado Antonio Barba, que también asiste a los miembros del sindicato Unión Federal de Policía, atendió a este medio con la premisa de que no iba a facilitar detalles de la investigación abierta dado el secreto de sumario declarado por el juzgado instructor número 1 de San Roque. Eso sí, reiteró en varias ocasiones que su defendido se encuentra «anímicamente muy mal» ante la muerte de su paisano.
El abogado confirmó que su representado, que aún no ha sido llamado a declarar por el juzgado, conocía a la víctima y que ambos tenían amigos en común. «El shock que sufrió al ocurrir los hechos fue muy fuerte, y necesitó de sedación para que se tranquilizara».
El agente lleva cuatro años destinados en Jimena, aunque procede de Estepona como Miguel Clavijo. Está casado y tiene dos hijos. Al parecer, en el momento de producirse el lamentable accidente se encontraba comprobando el arma. Al menos eso fue lo que declaró a los compañeros de Cuerpo que se han hecho cargo de la investigación interna que también ha abierto el Instituto Armado.
Además, según fuentes cercanas al caso, se encontraba solo en el momento de producirse el disparo, pese a que existían compañeros cerca, ya que todos participaban en un dispositivo de vigilancia montado en el kilómetro 23 de la carretera A-405; un operativo que se incluye dentro de una investigación que comanda el equipo de Policía Judicial de La Línea.
El relato del conductor
Esta descripción coincide con el relato que hizo el conductor de la furgoneta donde viajaba el joven fallecido, quien explicó que tras impactar la bala en la cabeza de Miguel Clavijo vieron como un agente salió de unos matorrales llorando y pidiendo perdón. En ese breve intervalo de tiempo sólo vieron a un guardia civil y al instante salieron más compañeros de la Benemérita, que también acudieron a socorrer a la víctima. Al existir un dispositivo de vigilancia secreto, los agentes se encontraban escondidos y eso explicaría por qué los ocupantes de la furgoneta no se toparon con ningún control de carretera visible.
La autopsia que se le practicó al cadáver del joven de 21 años determinó que el disparo se produjo a una distancia de unos 30 metros y que la trayectoria de la bala fue ascendente y de atrás hacia delante. La característica boscosa de la zona donde estaba el guardia apostado, le complicaba mucho acertar a su objetivo si hubiera querido disparar a conciencia; lo que descartaría por completo que hubo algún tipo de intencionalidad.
El abogado del agente quiso trasladar el dolor de la familia de su representado por lo ocurrido, y que están dispuesto a resarcir a los familiares de Miguel Clavijo por lo que entienden que ha sido un accidente «muy desafortunado». En el día de ayer, desconocían cuándo será llamado a declarar por el juzgado, que está a la espera de reunir todas las pruebas periciales.
Otra de las hipótesis que se han investigado es que el funcionario estaba discutiendo con un compañero cuando se le disparó su arma. Esta versión fue rechazada por la defensa, que la tachó de «completamente falsa». Los indicios que hasta ahora han salido a la luz apuntan a que todo fue fruto de un mal manejo de la arma.