EL FMI y los poderes del Gobernador
Actualizado:El Banco de España insiste en su informe anual, publicado ayer, en que los gastos de las familias siguen creciendo a un ritmo superior al de sus ingresos. Y dice que su endeudamiento supera ya el 110 por ciento de su renta disponible bruta. Como la mayor parte de esas deudas corresponden a la compra de una vivienda, lo que está diciendo es que le preocupa que las familias no puedan pagar sus hipotecas ante las subidas de los tipos de interés. Hay que suponer que su desazón no es tanto por las familias, como por los bancos afectados por los posibles impagados. Porque esa es la única función importante que le queda al Banco de España desde la creación del BCE.
Como los otros once Bancos centrales europeos el B. de E. es corresponsable de las políticas comunes. Pero ya no puede decidir la política monetaria, fijar los tipos de interés, controlar la inflación, imprimir billetes a conveniencia, limitar las emisiones de deuda, fijar los tipos de cambio. Ahora sólo actúa como Servicio de Estudios, agente gratuito de la Tesorería del Estado y oficina de inspección bancaria. Y sólo tiene un cierto poder sancionador sobre la banca, muy limitado políticamente en el caso de las Cajas. Tal vez por eso, el FMI que dirige Rodrigo Rato -el hombre que nombró al actual gobernador y lo ha llamado a su seno porque cesa dentro de tres semanas- dice en su informe anual, también hecho público ayer, que es aconsejable que la supervisión bancaria sea más efectiva y que hay que dar más competencias al Banco de España frente al Ministerio de Economía, incluso para que pueda revocar licencias bancarias, porque existen riesgos de conflictos en el ejercicio de la autoridad supervisora y sancionadora, que depende en última instancia de Economía y de unas Autonomías que tienen distintos marcos legislativos, especialmente en materia de Cajas. ¿Lo dirá para salvar la gestión de Caruana, afín al PP o para ponerle las cosas difíciles a su sucesor, que lo será del PSOE?