«Cuando pasé a la reserva, se me vino el mundo encima»

-¿Por qué vino a vivir a El Puerto de Santa María?

-Yo nací en Asturias, en Gijón, concretamente, pero cuando tenía 18 años me trasladé a San Fernando por motivos profesionales pues era suboficial de la Armada. He vivido en San Fernando, Chiclana y, finalmente, he establecido mi residencia en El Puerto.

-¿Qué hacía en el Ejército?

-Estaba en el mando anfibio y pasé por la mayoría de bases militares de la provincia como la base de Rota o la estación naval de Tarifa. Solía estar la mayor parte del tiempo embarcado, haciendo maniobras por el litoral peninsular, el mediterráneo o el norte de África.

-Ahora ya no es militar, ¿por qué no volvió a Asturias?

-Tras 25 años de servicios en el Ejército pasé a la reserva. Podía haber vuelto a mi tierra, pero tanto tiempo viviendo en un sitio te marca. Me siento gaditano con raíces astures, y, además, mi mujer es de Arcos y tengo tres hijos de once, nueve y cuatro años que han nacido aquí. Cuando tuve la oportunidad de volver, me di cuenta que ya había hecho mi vida aquí.

-¿Suele visitar su tierra?

-Sí, todos los años paso 15 días en mi Asturias natal. Es algo que necesito para oxigenarme y olvidarme un poco de la rutina y del trabajo.

-Actualmente trabaja de guardia de seguridad, ¿no puede estarse quieto?

-Cuando pasé a la transitoria, estuve dos años inactivo y casi acaban conmigo. No aguantaba estar ocioso. Pasar de un trabajo que te absorbe 24 horas a la inactividad total fue un palo muy fuerte, así que decidí buscarme otro trabajo. Estuve un tiempo trabajando en Chiclana y, finalmente, encontré este trabajo de guardia de seguridad.

-¿Qué diferencias encuentra entre la gente del sur y del norte?

-Siempre digo que si coges un mapa de España y lo doblas por la mitad, el norte y el sur se tocan. Lo que quiero decir es que no hay tantas diferencias entre ambos pueblos, pues ambos somos cordiales y acogedores. Eso es lo importante, lo demás son anécdotas.