Henry no pudo con la 'Nati'
Francia, que lleva cuatro partidos mundialistas sin marcar, recuerda al fiasco de 2002 en Corea del Sur ante una Suiza muy timorata
Actualizado:Henry no pudo con la 'Nati'. El delantero del Arsenal fue Francia en la caldera de Stuttgart. Con la ayuda encomiable del batallador Makelele, se vio impotente para conceder el tercer empate consecutivo contra los vecinos transalpinos. Los 'blues' siguen en crisis mundialista. Con los tres desastres de su fiasco de 2002, ya son cuatro partidos seguidos sin marcar en la Copa del Mundo. El estreno como titular de Ribéry, la nueva mascota con pinta de coco asusta niños, y el cambio de dibujo táctico no surtieron efecto. A los reyes del cero les toca sufrir.
¿Cómo animan los hinchas de un país cuyo nombre es diferente en sus tres lenguas oficiales? «Nati, nati». La respuesta fue coreada por la forofada helvética según avanzaban el reloj y sus jugadores sobre el campo francés. La 'Nationale', palabra comodín, perdió una oportunidad de oro para acabar con sus complejos. Jakob Kobi Kuhn pecó de timorato ante una Francia crepuscular, guiada por Zidane y sus amigos de la tercera edad, aquella era dorada del bienio 1998-2000.
El esquema improvisado por Domenech, un 4-2-3-1 que no había ensayado en los amistosos, dejó a Henry demasiado solo en ataque. El correcaminos solitario recorrió de lado a lado la vanguardia, saludó a sus compañeros del Arsenal Senderos y, luego, Djourou, centró, remató, peleó y robó balones. Su presencia se agrandaba mientras desaparecían colegas fundidos por el calor. Wiltord, Ribéry, Zidane, Sagnol... No hay noticias de si Vieira llegó a estar.
Suiza respondió a lo previsto. Un bloque disciplinado, solidario y generoso en el esfuerzo. Sabia dosificación de juventud y veteranía, excelente tono atlético, pero escasa pegada aunque Frei emuló a Henry mientras le duró el carburante. Tercera selección más joven del torneo, hogar de los campeones del Europeo sub 17 de 2002, la 'Nati' estuvo más lozana en el estío germano que la 'Marianne' gala, amante insatisfecha de un once con cinco jugadores con 32 o más años y sólo dos hombres menores de 28: Abidal y el voluntarioso Ribéry.
Por la derecha
Si la gran novedad fue la titularidad del 'neo enfant terrible' como volante izquierdo, la paradoja estribó en que Francia creó más peligro por la banda derecha. Los centros de Wiltord y Sagnol así como las caídas a ese flanco de Henry desbordaron a Magnin, mal asistido por Wicky. También por ese lado se dejó ver el debutante de la cara partida en una jugada en la que los 'bleus' reclamaron penalti por mano de Müller a disparo de Henry. Pero Ivanov, muy bien colocado, juzgó con razón que era involuntaria.
Con la posesión igualada en los noventa minutos, las mejores ocasiones fueron helvéticas. Desde treinta metros, Barnetta estrelló en el palo un golpe franco que Frei no acertó a remachar. La oportunidad vino precedida por una falta a Cabañas cometida por un espectral Vieira, sintomática del declive del otrora coloso senegalés. Makelele, también nacido en el Africa subsahariana pero todavía con el motor sin rectificar, se tuvo que multiplicar en el medio centro para contrarrestas al tándem Vogel-Cabañas. Para él fue la distinción de mejor jugador del partido.
La segunda ocasión la sacó Barthez con los pies en un mejillazo a bocajarro de Gygax, que impactó el cuero con el brillante de su oreja izquierda. Los 'bleus' replicaron a última hora en una jugada entre Saha y Dhorasoo que a éste se le fue junto al poste. Fue el canto del cisne entonado, significativamente, por los dos jugadores de refresco.
Sólo quedó tiempo para que Frei se ganara la amarilla por una mala imitación de Maradona. Pero Ivanov vio 'el puño del diablo' con el que remató, encima fuera. A la postre, el nulo refleja la nulidad imperante entre dos rivales que se conocen demasiado.