Es noticia:
ABCABC de SevillaLa Voz de CádizActualidad
Manuel Alejandro antes de embarcarse. / R. E.
MANUEL ALEJANDRO HIERRO GARCÍA MARINO MERCANTE

«En un barco cada día es una gran aventura»

Manuel Alejandro pasa la mitad de su vida atravesando mares y océanos, ya que continúa con la tradición marinera de La Isla

R. ESTÉVEZ/SAN FERNANDO
Actualizado:

-¿En qué consiste su trabajo?

-Me gano la vida como marino mercante y soy piloto de segunda clase en un barco que hace la ruta de Península a Canarias transportando mayoritariamente contenedores o lo que nosotros llamamos mercancía contenedorizada.

-¿Cómo se le ocurrió hacerse marino mercante?

-Desde pequeño y debido a la tradición marinera de San Fernando y de varios de mis familiares que también son marinos, me entro el gusanillo de navegar porque me atraían mucho las historias y las aventuras que me contaban y quería conocerlas de primera mano.

-¿Ha vivido muchas aventuras en alta mar?

-En los barcos cada día es una gran aventura nueva porque, según la climatología, normalmente adversa, y el tipo de carga que transportes tienes que estar pendiente de una cosa u otra. Además, el vivir en un barco con muchas personas diferentes es muy enriquecedor y todos los días se aprende algo.

-¿Y cómo es la convivencia en un barco?

-Es bastante complicada porque hay un número determinado de tripulantes en un espacio reducido. Esto hace que la convivencia sea dura y que tengamos que ser como una familia. A veces estás más tiempo con tus compañeros de trabajo que con tus propios familiares y amigos.

-¿Cambia mucho la vida en tierra que en el mar?

-Sí. Por ejemplo, los horarios de las comidas son diferentes a cuando no estás navegando. En la mayoría de los barcos, los almuerzos son de doce del mediodía a una de la tarde, pero las cenas son a las seis de la tarde, lo que hace que el ritmo de vida sea muy diferente al resto de las personas que viven en tierra.

-¿Qué es lo que más te gusta de tu profesión y lo que menos te gusta?

-Lo que más me sigue atrayendo son las experiencias que vives cada día. En un sólo día haces miles de cosas, ves sitios que no verías de otro modo y conoces otras culturas. Y lo que menos me gusta es que dejo en tierra a muchas personas queridas.