La imagen de Cádiz

La ciudad de Cádiz ya tiene su propia imagen. Es una seña de identidad que combina el azul con el blanco y que a partir de ahora estará grabada por todos los rincones como si fuera el hierro de una ganadería. El pasado jueves se presentó en el Palacio de Congresos el nuevo logotipo turístico del municipio que define a Cádiz como una ciudad que sonríe, aunque son muchos los gaditanos que no están para fiestas. Y si no que se lo pregunten a los de la industria auxiliar que llevan un mes protestando por falta de trabajo. Los autores de la idea aseguran que después de entrevistar a más de 400 personas llegaron a la conclusión de que la verdadera imagen que exporta Cádiz es la de una amplia sonrisa bajo un relajante fondo azul. No está mal el diagnóstico para una ciudad abierta donde sus vecinos viven el presente con la misma tranquilidad que abordan el futuro. Ya sabemos que hay gustos para todos y los artistas, incluidos los arquitectos, juegan con el marcador en contra cada vez que se meten en faena. Saben que no hay obra que logre la salvación por mayoría del jurado popular.

El dibujo que define a la ciudad es una media luna que tiene más de mueca que de carcajada. Reconozco que Cádiz, con o sin cartel, ofrece una imagen arrolladora por sí misma y su mejor marca es ahora su alcaldesa. Hay personas que por el carisma que desprenden logran vincular su imagen a la ciudad tanto para lo bueno como para lo malo. Madrid es Gallardón, Rita es Valencia, Teo es Cádiz y en su día, Celia Villalobos fue Málaga. Al final han salido todos del PP y mira que la imagen del partido sí que necesita una puesta a punto.