EMPRESARIOS. Joaquín Gómez-Beser y Cristina Asenjo lideran esta empresa vinagrera que tiene proyección internacional.
Jerez

Nuevos retos para el vinagre

La empresa Exvina, dedicada en exclusiva a este condimento, lanza cada año nuevos productos y potencia la investigación

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En los alrededores de la calle Newton, en el Parque Empresarial, ya se empieza a percibir el intenso olor del vinagre, ése que caracteriza a este exquisito producto de Jerez que se está convirtiendo en la niña bonita del Marco y al que las cifras de ventas le auguran un gran futuro.

Hubo algunos que ya vieron este potencial hace tiempo y que decidieron apostar fuerte por el mercado del vinagre. Así, en el año 1997 nacía Exvina, Explotación Vinagrera S.L, una empresa pionera dedicada en exclusiva a la producción y comercialización de este producto y que fue impulsada por el cabeza de familia de los Gómez-Beser. Su hijo Joaquín, que lidera esta empresa junto a la gerente, Cristina Asenjo, aclara que «él ha sido empresario desde siempre y nos ha metido el gusanillo en la familia».

Esta máxima, la convicción de que el inmovilismo no lleva a nada y la experiencia de estos empresarios en el ramo farmacéutico y de los laboratorios es lo que ha convertido en pocos años a Exvina en una empresa potente que no ha hecho más que aumentar sus ventas y que ha explotado un producto que les ha hecho llegar a multitud de mercados, desde el nacional al extranjero, pasando por países como Francia, EE UU, Inglaterra, Alemania, Holanda, Dinamarca, Italia, Suiza, Finlandia, Canadá o Japón. Joaquín Gómez-Beser incluso participó hace algunas semanas en un viaje organizado por la Cámara de Comercio y Extenda en China, para estudiar nuevas posibilidades.

En Exvina exportan a granel la categoría de vinagre de Jerez -las de reserva tienen los días contados a granel-, pero también han dado un paso más y ofrecen a sus clientes la posibilidad de embotellar el producto con la marca de los compradores. Además, han sabido entender los derroteros por los que va el mercado y, como explicaba Asenjo, «no se puede utilizar el mismo envase para la hostelería, para los gourmets o para el hogar».

Por eso han innovado con las presentaciones, pero también con los propios productos, porque «el vinagre de Jerez es tan especial como otros, como el de Módena, que hasta hace poco era de los mejor considerados». De ahí que hayan decidido empezar a usar vinos dulces, como el Pedro Ximénez, para elaborar un vinagre dulce y con nuevas texturas.

En la misma línea están las investigaciones que les han llevado a ampliar sus gamas y lanzar cada año un nuevo producto al mercado que embotellan bajo su propia marca, El Majuelo, porque «también somos productores y en la bodega que tenemos en Los Palacios creamos nuevas iniciativas». Es el caso de la reducción de vinagre, que está resultando todo un éxito, la reducción con PX y un vinagre balsámico que ya no se engloba en la Denominación de Origen, pero que también tiene su proyección. Y es que en Exvina creen que «todos queremos disfrutar de algo más exquisito, algo nuevo y distinto».

Con esta filosofía seguirán adelante, tratando de asentarse y de explotar al máximo las posibilidades de los mercados en los que ya han aterrizado con sus productos, «porque los nuevos son más caros», y buscando nuevos caminos en todos los procesos que abarcan: desde la transformación al embotellado.