Doble derrota iraní
Al traspié deportivo de Irán se unió ayer la protesta de un millar de personas contra su régimen politico Miles de mexicanos inundan de color las calles de Nuremberg
Actualizado:En medio de la fiebre futbolística que ha inundado Alemania, la histórica ciudad de Nuremberg fue escenario ayer de una doble estampa contradictoria. Por un lado, el festivo desembarco de los aficionados mexicanos ataviados con camisetas y banderas de su país. Por el otro, la inédita doble derrota de uno de los 32 países que compiten en el Mundial, de Irán. En el marco de un magnífico y alegre escenario deportivo, los sudamericanos se impusieron de forma merecida a los asiáticos, y pocas horas antes, en la calles, un millar de manifestantes gritó consignas en contra del régimen iraní.
De esta forma, políticos alemanes y organizaciones germano israelíes sacaron una ominosa tarjeta roja contra el presidente de ese país, Mahmud Ahmadinyad, el único jefe de estado que ha negado en público el Holocausto y que pidió la desaparición del estado hebreo. Ocurrió en la plaza central de Nuremberg, ciudad elegida por Adolf Hitler para celebrar los grandes congresos del partido nazí, y en la que los dirigentes de la comunidad judía alemana y un destacado político bávaro utilizó un arsenal de grueso calibra para atacar e insultar al mandatario iraní.
Mientras tanto, sin embargo, los mexicanos seguían a los suyo, dando color a la ciudad a la espera del inicio del partido en el Franken Stadion, que se quedó pequeño ante la avalancha de aficionados de la 'Tricolor'. Fiesta, y también algunos afanados en buscar una entrada para el encuentro, pregunta habitual sin temor al precio de la reventa.
Pero la política también tuvo su peso. Günther Beckstein, el ministro de Interior de Baviera, no tuvo vergüenza para calificar de criminal al jefe de estado de Irán y admitió que sólo su pasaporte diplomático le protegería de la justicia alemana. «Un criminal como Ahmadinyad no es bienvenido», dijo Beckstein. «Somos amigos del pueblo iraní, pero rechazamos a los que niegan el Holocausto y desean destruir a Israel», añadió el político durante su intervención, que le podría costar el cargo, si el gobierno iraní decide protestar ante el Primer Ministro bávaro.
Ramo de flores
Pero las críticas se quedaron fuera del Franken Stadion, el más pequeño de todos los del Mundial con 42.000 localidades. Quizá por eso, una gran parte de la marea mexicana se conformó con ver el duelo en las pantallas gigantes dispuestas para ello. Su sola presencia, sin embargo, animó Nuremberg y ganó a los pocos aficionado iraníes.
Y dentro del campo también hubo detalles dignos de elogio. Aparte del buen ambiente entre aficionados de ambos conjuntos, sobresalió el detalle de los iraníes con Oswaldo Sánchez, portero rival. Su padre murió la semana pasada y los asiáticos, amables y considerados, le entregaron un ramos de flores antes de la ceremonia de los himnos. El meta iraní, incluso, se detuvo y le dio unas palabras de ánimo. Luego, el partido, de guante blanco. Y fuera del campo también: los temores de la inteligencia alemana, que creía que agentes secretos iraníes provocarían escenas de violencia para desacreditar a los grupos iraníes en el exilio, no se materializó. Ganó el fútbol.