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La vieja guardia rescata a Portugal

Figo recupera su mejor imagen y con la ayuda de Pauleta conduce a su selección a una importante victoria ante Angola

IGNACIO TYLKO/
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Sin necesidad de forzar la máquina y liderada todavía por el veterano Figo, que a sus 34 años parece haber rejuvenecido el Inter, Portugal hizo buenos los pronósticos y superó a Angola en un decepcionante duelo con connotaciones de derbi que dividió corazones y paralizó el país africano. Esta nación dejó de ser colonia lusa en 1975 y tiene varios jugadores que militan en clubes de la antigua metrópoli. Existe la lógica rivalidad entre ellos, pero también lazos de amistad. Y si no que se lo digan a Figueiredo, un centrocampista de procedencia portuguesa que tiñe de rubio a los 'Palancas Negras', apodo de esta selección africana en referencia a un veloz antílope exclusivo de Angola.

Felipe Scolari, ese brasileño discutido por buena parte de la crítica que puede presumir de ser el vigente campeón del mundo y segundo de Europa, reservó al tocado Deco para gestas mayores, y la jugada le salió perfecta. Para nada echó de menos al azulgrana. Pese a la enorme diferencia entre ambos equipos, supo mentalizar a su gente para que saliera con ímpetu. Tanto, que, en sólo 15 segundos, Pauleta estuvo a punto de marcar el gol más rápido del Mundial. Recibió un pase genial de Simao, sin vigilancia alguna, pero cruzó en exceso. No erró poco después, tras una bella acción con el sello de Figo, que entró como Pedro por su casa por la zona izquierda del área, dejó hecho un guiñapo a Jamba con su autopase, y le regaló el gol a otro 'abuelo' que aún da guerra en su selección y en el París Saint-Germain.

Orgullosa 'cenicienta'

Ambas acciones fueron definitorias. Estuvieron tan mal defendidas que evidenciaron por qué Angola es, quizá, la 'cenicienta' del Mundial. Sus hombres tienen ese físico impotente natural de muchos africanos, también la dignidad y el orgullo de representar a una patria que hace cuatro años dejó atrás casi tres décadas de guerra civil, pero son inocentes semiprofesionales que se dejan ganar la espalda y caen en los amagos como lo que son, novatos en estas lides que les vienen enormes. Por algo estuvieron a punto de quedarse fuera de la liguilla previa el Mundial, donde luego sorprendieron a Nigeria, al perder el choque de ida de la eliminatoria previa frente a Chad. Lucharon en Colonia hasta la extenuación, inquietaron en algún momento aislado a Ricardo y cayeron con la cabeza bien alta.

El gol llegó muy pronto pero marcó para siempre el partido, ya que Portugal se dedicó a nadar y guardar la ropa, a reservarse para citas de mayor enjundia, y los angoleños a evitar ser goleados y a intentar dar algún sustillo a Ricardo, como en un tiro lejano de Mateus y una chilena, muy aplaudida desde la grada, de Locó. Figo, con plena libertad de movimientos, se adueñó del partido y lo manejó a su antojo. Se ofrece, pide, toca, ejecuta acciones a balón parado -un córner suyo lo cabeceó Cristiano Ronaldo al travesaño- y, cuando lo cree oportuno, se toma un largo respiro, si hace falta hasta de 45 minutos.

Si en el primer período hubo algo de emoción, el segundo sobró por completo. Existió la sensación de que los jugadores angoleños no podían y los portugueses no querían. Pese al exiguo 1-0, jamás peligró el resultado. Por si acaso, el entrenador Scolari decidió que había que amarrar y retiró a Cristiano Ronaldo para dar minutos a Costinha, un medio centro defensivo que, a sus 32 años, recala en el Atlético.