LA ROTONDA

Flamenco universal

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

El Estatuto de Andalucía encierra muchas sorpresas para aquellos que se acercan tímidamente a él. Ya hay quien comienza a examinarlo con lupa, por ejemplo, nuestros vecinos extremeños. Ahora han visto con asombro que el articulado andaluz regula el flamenco, como una de sus realidades patrimoniales. Han saltado como un resorte y, buscando una absurda comparación técnica al cante y al baile con una confederación hidrográfica, ya han dicho que no, que los andaluces no podemos gestionar en exclusiva este arte. ¿Se pueden poner puertas al océano? Si los ponentes del Estatuto verde y blanco hubieran propuesto tal exclusividad, es que realmente habrían ido de sobrados. Pero la norma básica de nuestra comunidad no quiere encerrar esta magia universal en el sur, ni cobrar un canon cada vez que alguien suelte un quejío. Los andaluces quieren tener, dentro de su territorio, la potestad en conservación, investigación, formación, promoción y difusión del flamenco. ¿Qué hay de extravagante en tal solicitud?. Lo positivo de esta extraña estrategia del gobierno socialista de Extremadura es que, con estas polémicas forzadas, ayuda a la promoción de un texto que, a grandes rasgos, sigue pasando inadvertido para millones de andaluces. Claro que ahora viene la estadísticas de Cataluña -menos del 20% de los encuestados dijo conocer los entresijos del Estatut- y nos enseña que si España se rompe no será, al menos de momento, por la creación de bandos aguerridos que se posicionan en la balanza de las reformas estatutarias. La política, una vez más, supera algunas facetas de la realidad.