Es noticia:
ABCABC de SevillaLa Voz de CádizActualidad
LA COLUMNA

Para que nadie lo entienda

LUIS IGNACIO PARADA/
Actualizado:

No hay que atender a gofos ni melilotos que van dando el jicarazo pero tampoco a gosipinos ni morlones que todo lo pintan de gilvo. Así se dice en castellano antiguo, pero vigente, que no ha de hacerse caso de ignorantes ni de necios que administran veneno alevosamente pero tampoco de lameculos ni de quienes fingen ignorancia y todo lo ven color de miel.

Han bastado tres cosas, la puesta en libertad de los dirigentes de Batasuna por la Audiencia Nacional, la declaración de Zapatero de que el diálogo político es compatible con las conversaciones con ETA, y el anuncio de la reunión entre Patxi López y Otegui, para que el secretario general de LAB haya considerado que la agenda ha de estar marcada por el inicio del diálogo entre ETA y el Estado, la creación de la mesa de partidos y el establecimiento por el Gobierno de condiciones democráticas para que la negociación afecte a juicios y legalizaciones. Todo eso justamente el día que el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco admite a trámite una querella contra Ibarretxe por reunirse en abril con el portavoz de la ilegalizada Batasuna.

En castellano antiguo, lo que dijo ayer Díez Usabiaga no es una huebra, terreno que se labra en un día con un par de mulas y un gañán. Más bien es poliorcética, el arte de sitiar, atacar y defender las plazas fuertes, al estilo de Demetrio Poliorcetes, aquel general de Mesopotamia de cuyo apellido se deriva la palabra. Menos mal que, a cismontano, en la parte de acá de España, el engurrio se ha salvado con una jacerina: la situación de tristeza que ha provocado tiene la defensa de una malla dura y difícil de penetrar como el foro de Ermua.

Señores, la situación está como para hacer jeribeques, o sea, para sollozar con hipo. Por eso más vale no hacer caso de gofos, melilotos, gosipinos ni morlones que todo lo pintan de gilvo ni de los que van emponzoñando a jicarazos, sino de los icásticos, es decir, de los que hablan y se comportan sin disfraz ni adorno.