Fútbol global
Actualizado:La Copa del Mundo que celebra hoy su jornada inaugural va a situar a Alemania, país organizador, en un potente centro de atención mediática y al fútbol en el apogeo de un espectáculo donde encuentran una perfecta fusión el entretenimiento, la publicidad, y la pasión por el triunfo. Docenas de millones de espectadores estarán pendientes durante un mes de ese deporte que aunque parezca lo contrario no se juega con los pies sino con la cabeza y es capaz de activar las pasiones como ningún otro pasatiempo colectivo. El gran espectáculo que hoy arranca ha llegado para Alemania en un momento en que el país parece iniciar un decidido despegue económico impulsado por el fin de largos años de atonía social al que no es ajeno el éxito de la fórmula de Gobierno de gran coalición encabezado por la eficaz estadista Angela Merkel. De hecho, los más dispares sectores de la sociedad alemana, no solamente los ligados al ocio y el deporte, también a la cultura y la tecnología, han participado con su crítica y su apoyo en los múltiples debates organizados durante los preparativos de un torneo. La organización de la Copa del Mundo pondrá en marcha una extraordinaria campaña publicitaria bajo el lema de: Alemania, País de las Ideas con el que pretende acabar con los estereotipos clásicos alemanes y presentar al mundo una nueva imagen del país. Todo parece dispuesto para que la Copa se desarrolle con brillantez porque la historia ha sido testigo de la eficacia organizadora del país centroeuropeo. Ahora solo es preciso que se imponga el juego limpio y la nobleza en la contienda. Respecto a la selección española clasificada in extremis tiene el desafío de superar esa fatídica barrera de los cuatros de final que han venido frustrando en las últimas décadas a un país que presume de tener la mejor liga del mundo.
El grupo que ha reunido el seleccionador constituye un bloque donde se refleja el relevo generacional y, lo que es mas importante, la inclusión de un grupo de jóvenes jugadores que vienen de participar en otras ligas europeas. Para esta Copa 2006 las expectativas de la afición española son razonablemente positivas, sin caer en la euforia ni en el derrotismo al que conduciría nuestro discretísimo palmarés en esta competición, después del cuarto puesto alcanzado en 1950 en Brasil. La selección de Luis Aragonés, como otras europeas, acusa un déficit de tiempo para encontrar el mejor acoplamiento, para diseñar las tácticas más eficaces.