«Sentimos la misma indignación y desconcierto que cualquiera»
Actualizado: GuardarA la espera del informe del administrador judicial de Afinsa, los responsables y trabajadores de la delegación jerezana mantienen su fe en la solvencia y respetabilidad de la empresa, reivindicando la «presunción de inocencia». Pero, organizados a nivel nacional, están más que dispuestos a luchar por los intereses de sus clientes, y los suyos propios.
-Después de un mes de acusación de estafa e intervención judicial, ¿qué ambiente se respira en la delegación?
-Tal y como estamos sólo nos queda defender el patrimonio de nuestros clientes, como siempre hemos hecho, y, al unísono, nuestra dignidad, nuestra honradez. Queremos bien claro que los 32 trabajadores de Afinsa, 2.500 en todo el país, no somos estafadores. Hemos realizado una labor en una empresa que está controlada por el Gobierno y apoyamos su presunción de inocencia, porque lo dice la Constitución; pero si algún directivo ha hecho algo irregular, que lo pague. Pero ni los clientes ni los trabajadores tenemos culpa de lo que ha pasado. Si alguien ha metido la pata, que el Gobierno hubiera legislado antes, como pidió la empresa en varias ocasiones, y si es el Gobierno el que ha metido la pata, que dé marcha atrás y asuma los daños.
-Tras la acusación de estafa masiva, ¿cómo está siendo ahora su relación con los clientes?
-Cuando llama un cliente por teléfono no sale un contestador automático, siempre una voz detrás. Tenemos una vinculación muy estrecha con nuestros clientes. La empresa nos obliga dentro de un código ético, por el que si un señor no puede ahorrar más de diez mil pesetas al mes, no se le coge más. Esta inversión consistía en un plan de ahorro, no en un plan de agobio. Tampoco nos pueden acusar de blanqueo de capitales, porque había informes periódicos y, en colaboración con universidades y con el mismo Gobierno, no aceptábamos inversiones de clientes de más de 30.000 euros al mes.
-¿Y qué mensajes ofrecen a los afectados?
-Además de agradecer su comportamiento y apoyo, insistimos en que es normal que invirtieran aquí. Si un banco te da un interés de un 2% y puedes sacar un 6%, es lógico. Si la empresa está en un marco legal y en 26 años no tiene ni una denuncia en Consumo, es lícito que quieran sacar el mayor beneficio a su dinero. Somos una internacional con presencia en quince países, la tercera en el mundo de la subasta. Tenemos en tres búnker, asegurados ante todo tipo de riesgos, más de cinco millones de sellos únicos en el mundo, obras de arte, cotizamos en el Nasdaq de la Bolsa de Estados Unidos. Pero en los tres primeros días desde la intervención se perdieron 900 millones de dólares.
-Pero los grandese perjudicados son los pequeños inversores...
-Aquí hay gente que vivía de los pagarés, de las rentas que llevaban ahorrando diez años. Por eso insistimos en que si ha habido algún directivo que ha cometido algún delito, que lo pague. Como ciudadanos, y como los clientes, los asesores tenemos el mismo desconcierto y la misma indignación que cualquiera. Que se haga lo que sea, pero que nuestros clientes cobren y que, si hay posibilidad, nos dejen trabajar.
-¿Qué salida queda a estos afectados?
-Cada cliente debe hacer lo que crea conveniente, pero agrupados en una sola asociación para emprender acciones legales. Si como empleados tenemos que recurrir contra la empresa, lo haremos, pero los clientes deben demandar a quien sea y reclamar su dinero. Pero el Gobierno también tiene que mojarse y cumplir: la querella, tal y como está planteada, deja al Gobierno como responsable subsidiario, porque si dice que esto es una estafa, 25 años permitiendo este negocio le convierten en cómplice. Lo que sí haremos, a través de la plataforma de trabajadores, es llevar el caso al Tribunal Económico Europeo.
-Si se sienten igualmente afectados, ¿no se plantean emprender acciones conjuntas con los clientes?
-Hay plataformas de clientes que nos pedían que fuéramos con ellos, pero no vamos a hacerlo. A lo mejor más adelante nos unificamos, pero ahora no para evitar malos entendidos, porque hay asociaciones que dicen que tenemos a los clientes casi abducidos. Lo que sí digo a los clientes es que no se gasten un euro en abogados, porque no hay nada claro, y en los juzgados tampoco está claro qué se puede denunciar.