Se alza el telón
Actualizado: GuardarTras la ceremonia inaugural, plena de belleza y colorido, con relevantes personajes presentes de la vida social, política y deportiva; también con anteriores campeones del mundo de diferentes épocas rememorando tiempos y rivalidades pasadas, pero en confraternidad todos ellos en el nuevo estadio Allianz Arena de Munich, totalmente repleto y ante millones de televidentes en todo el planeta; se acabaron ya todas la pruebas de partidos amistosos, con múltiples cambios. Ya comienza a rodar el balón de forma seria entre el anfitrión, Alemania, y la débil Costa Rica y el mayor espectáculo de masas concitará la ilusión y la alegría de muchos aficionados. Pero también habrá sensaciones de descontento y fracaso en otros, de acuerdo con los logros conseguidos por las selecciones de sus países respectivos.
Brasil parte como favorita por ser el último campeón mundial en Japón y Corea. Muchos de sus jugadores titulares en la actualidad ya lo fueron en 2002 y tratarán de repetir triunfo en Europa como ocurrió en Suecia'58, única vez, por cierto, que lo hizo un país sudamericano en continente europeo. Tendrá que superar, sin embargo, a selecciones europeas como Alemania, Italia, Inglaterra, España o Francia, que por la proximidad del país germano para sus aficionados dificultarán la llegada de Brasil a la final de Berlín. No hay que perder de vista, de todas formas, a otra selección no europea que cuenta con serias opciones para estar presente en esta final: Argentina.
La dificultad en un Mundial reside con respecto a otros campeonatos de clubes en que cada partido, menos los tres de la primera fase, son todos finales. El margen de error, por tanto, es mínimo. Por eso, junto a condiciones físicas, técnicas y tácticas, el jugador debe estar preparado psicológicamente para estas finales continuadas. De hecho, este apartado es la última aportación que están agregando los técnicos a sus grupos de trabajo.
La mayoría de jugadores que disputan este campeonato, alrededor del 70 por ciento, están jugando en equipos europeos, que disputan la Champions, la UEFA. Así, los aficiones españoles conocen a las primeras estrellas: Ronaldinho, Ronaldo, Henry, Adriano, Lampard, Zidane o Ballack..., pero se disfrutará de otros jóvenes jugadores como Tévez o Palacios que a través de su trabajo en el Mundial buscarán estar próximamente en Europa.
El 1-4-4-2 será el sistema utilizado en general. Por Alemania con Klöse y Podolski como puntas y Ballack, cuando esté recuperado, en el vértice del rombo del medio campo. Por Inglaterra, con dos arriba y dos mediocampistas con dinámica y llegada como Gerrard y Lampard. Italia y Francia igual, como Suecia con Larsson e Ibrahimovic. Pero la curiosidad estará en comprobar si funciona el sistema que Luxemburgo intentó sin éxito en el Madrid, 1-4-2-2-2, el cuadrado mágico, que en Brasil se escenifica con Kaká y Ronaldinho buscando diagonales y permitiendo la subidas permanentes de los laterales ofensivos, Cafú y Roberto Carlos, futbolistas veteranos, debido a que esta forma de juego requiere, entre otras cosas, muy buena condición física en los carrileros.
España llega tras una racha de 22 partidos sin conocer la derrota con Luis Aragonés y la posibilidad que se le presenta a una generación de buen manejo de balón y talento. Jóvenes jugadores como Cesc, Iniesta, Reyes o Xavi, unidos a otros futbolistas como Raúl, Albelda y Puyol completan un equipo que si juega tratando de tener siempre la iniciativa se atisba capaz de superar los cuartos de final que han sido nuestro tope en los últimos Mundiales.