Jubilaciones sin modelo
Actualizado:La propuesta de jubilación forzosa para 4.150 trabajadores presentada por la Sepi a los sindicatos de RTVE es el complemento obligado a un plan de reestructuración y saneamiento del Ente Público, cuyo fundamento legal es la Ley de Reforma aprobada el pasado mes de mayo. En principio, y de acuerdo con otros precedentes en 0el ámbito laboral de la empresas públicas, las condiciones fijadas parecen ciertamente asumibles aunque, con toda seguridad, no pensarán lo mismo trabajadores afectados por expedientes de regulación de empleo en el sector privado y prejubilados en mucho peores circunstancias. La Administración ofrece a los trabajadores de RTVE mayores de 52 años, a fecha del próximo 31 de diciembre, una cobertura económica del 72% sobre el salario bruto hasta el momento de su jubilación forzosa, fijada en los 65 años, con una revisión anual de los complementos del 2%. La ventajosa propuesta, que podría afectar a 4.150 trabajadores, contrasta con la oposición de una parte de la representación sindical que considera inviable el correcto funcionamiento de Radio Televisión Española con una plantilla final inferior a los 7.000 trabajadores. En ese sentido, y aunque la plantilla de la nueva Corporación RTVE -integrada por 4.860 trabajadores fijos y 310 con contrato temporal-, parezca ahora mejor dimensionada y bien adaptada a un modelo de radio y televisión pública más eficiente, lo cierto es que no resulta fácil precisar su tamaño ideal hasta que no se conozca el modelo definitivo de funcionamiento, su estructura de financiación concreta y la vinculación de sus contenidos con los objetivos de servicio público. Ni el Gobierno ni la Sepi han determinado todavía las líneas maestras de ese modelo, por mucho que se haya insistido en apuntar como bases para el futuro las de un sistema con doble financiación y una estructura territorial recortada pero más o menos bien dotada. Por otro lado, al desconocerse el coste del servicio público asumido financieramente por el Gobierno y al no detallarse las limitaciones a la emisión de publicidad por parte de RTVE, tampoco queda despejada la posible distorsión que podría ocasionar en el mercado televisivo una agresiva estrategia en la captación de ingresos publicitarios.