Ya están aquí
Actualizado: GuardarLA GLORIETA La alarma ha saltado. Las bandas organizadas, cuyo quehacer diario consiste en planear el asalto a una vivienda, ya están en la provincia. Llevamos meses conociendo los casos de familias que un día, mientras dormían plácidamente, se despertaron con el duro acero de una pistola pegado a su sien. No es una película, es la dura realidad.
La semana pasada tuve la suerte de instruirme sobre este problema gracias a un programa. Mediante piezas informativas, desglosaban el modus operandi de estas organizaciones y recreaban algunos de los casos más terroríficos. Pero lo mejor llegó al final. Invitaron a un cerrajero al magazine para mostrar lo sencillo que es abrir una puerta de las consideradas blindadas. En cinco minutos, el simpático profesional abría la puerta sin hacer apenas ruido. Lo que no me quedó muy claro era si eso iba a servir para que reforzásemos nuestras puertas o para darle una lección rápida, sencilla y barata a los ladrones.
Lo alarmante fue cuando sacaron a un individuo, que reflexionaba acerca de lo que sucedería si un extraño entraba en su casa, mientras blandía una recortada -no es que yo sepa mucho de ar-mas, pero he visto mucho cine- y la preparaba para disparar mientras amenazaba a todos los rateros del mundo. Los pelos de punta.
Gracias a este programa, cuya presentadora dijo repetidas veces que no pretendía crear alarma, he entrado en una especie de psicósis, que me ha llevado a confundir a una de mis compañeras con un ladrón con malas pulgas, pero muy confundido, porque lo que se dice riqueza no abunda mucho por mi casa. Eso sí, si quiere le invitamos a un té.