CHARLETAS GADITANAS

Dinero de Plástico

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Cuando hace más de cuarenta años asomaron las primeras tarjetas de crédito, nadie podía imaginarse que llegarían a ser el medio de pago por excelencia en el siglo veintiuno. Cuando empezaron sola y exclusivamente las expedían los bancos y únicamente a ciertos clientes de más o menos solvencia. Con el tiempo no solamente han llegado a ser instrumento de los bancos, sino de todas las grandes superficies de ventas, consiguiendo ser casi imprescindibles. Si estas tarjetas son utilizadas con la cabeza indiscutiblemente solucionan muchos problemas sobre la marcha, pero si no es así llegan a crear algunos contratiempos, sobre todo a fin de mes.

Este medio de pago ha venido a sustituir otros más rudimentarios existentes en aquellas fechas, como era el libro del que disponían los comerciantes tanto de tejidos y confecciones como de alimentación, ya que siempre hubo facilidades en el pago sobre todo a los menos pudientes . El otro medio era el más popular y conocido sobre todo en los barrios, el dítero. Esta figura no era otra cosa que el hombre cargado con su libro-calamaso, su lápiz en la oreja, y un canasto debajo del brazo que solía llevar algunos cortes de telas, confección y ciertos menajes de cocina como unas ollas y cacerolas, cascos, coladores, etcétera. La forma de pago para los libros en los establecimientos solía ser mensual y la de los díteros semanal. Desde luego eran unas profesiones arriesgada ambas, ya que si el cliente no era cumplidor en su pago, éste iba a las costillas del comerciante, ya que al no haber nada firmado no podía existir reclamación alguna.

Más tarde los díteros fueron modernizándose. Entonces mandaban a los clientes a los establecimientos donde ellos tenían hechos convenios con una tarjeta suya y les daban lo que buscaban. Para el dítero el margen comercial era el siguiente: el comercio le hacía un descuento al pagarle y al cliente le cargaba otro tanto por cientos por su pago a plazos. Los que antes formalizaron las ventas a plazos fueron los centros dedicados a muebles, electrodomésticos, etcétera. Estos ya ofrecían los llamados medios de pago con comodidades y cuando al cliente no le veían bastante solvente solían pedirle un fiador. Hoy la mayoría de las ventas se hacen a través de las tarjetas de crédito o pagos, de ahí su nombre de dinero de plástico.