TRIBUNA

Menos de un mes para controlar el comercio de armas

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¿Qué tienen en común las calles de Estados Unidos y los conflictos que asolan varios países africanos? ¿Y las favelas de Río de Janeiro, en Brasil, y las calles de cualquiera de nuestras ciudades? Coinciden en que por todos estos lugares circulan armas ilegales que causan muerte y destrucción, violaciones de los Derechos Humanos y pobreza. Cada vez son más las armas que circulan en nuestro planeta, porque cada año se fabrican y se venden alrededor de 8 millones de armas ligeras, que pasan a engrosar los más de 640 millones que en la actualidad hay en circulación en todo el mundo. Muchas de estas armas se venden de forma legal, con la autorización del gobierno de un país, pero otra gran parte de ellas acaba en el mercado ilegal, fuera de todo control. Como resultado, cada minuto muere en el mundo una persona víctima de los disparos de armas convencionales, la inmensa mayoría de ellas gente inocente. ¿Quién puede dudar de que estamos pagando un precio demasiado alto por un negocio descontrolado?

Las próximas semanas van a ser decisivas para poner fin a esta situación. En menos de un mes, concretamente a partir del próximo día 26 de junio, la Organización de las Naciones Unidas se reúne en Nueva Cork, en Estados Unidos, para debatir sobre qué medidas hay que tomar para frenar la proliferación de armas ligeras. En nuestro país, el Parlamento nacional, por unanimidad, ha dado de plazo al Gobierno hasta el mes de diciembre de este año para que elabore y presente una ley para el control de las armas que vendemos al exterior. Estas oportunidades únicas, como la que se presenta ahora, no son fruto del azar, sino del esfuerzo de muchas personas, organizaciones e instituciones, entre ellas las corporaciones locales, incluidas varias de la provincia gaditana que se han comprometido con una causa indiscutible.

En conjunto, más de 50 ayuntamientos españoles han pedido al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero que promueva la ley y apoye la aprobación de un tratado internacional en la reunión que arrancará a finales de este mes en la Organización de las Naciones Unidas. Entre estos ayuntamientos hay nada menos que ocho de la provincia de Cádiz, en todos ellos por unanimidad de todos los grupos municipales: Barbate, Bornos, Chiclana de la Frontera, Los Barrios, Prado del Rey, Rota, San Fernando y Zahara de la Sierra. También personalidades del mundo de la cultura, como el actor Imanol Arias o la periodista y escritora Rosa Montero, lo han hecho. Todas estas iniciativas han sido impulsadas por las organizaciones no gubernamentales Intermón Oxfam, Amnistía Internacional y la red IANSA, que aglutina a un gran número de pequeños colectivos que luchan específicamente por el control de las armas ligeras. Todos ellos promueven conjuntamente la campaña Armas bajo control (se puede obtener más información en www.armasbajocontrol.org). Con el apoyo de decenas de miles de ciudadanos, desde estas organizaciones pedimos al Gobierno que la ley garantice que las armas que vende España no acaben en países donde se violan los Derechos Humanos, donde cunde la pobreza, o donde los conflictos no acaban nunca. También es necesario que se garantice por ley qué armas se están vendiendo y a quién.

Al igual que lo han hecho ya los ayuntamientos gaditanos anteriormente mencionados, tras la petición realizada en mayo del año pasado por el grupo de Amnistía Internacional y el comité de Intermón Oxfam, ambos desde la Bahía de Cádiz, muchos consistorios de nuestra provincia tienen la oportunidad de unirse a esta iniciativa. Por nuestra parte, todos los ciudadanos tenemos la responsabilidad de demandar al Gobierno que cumpla con el mandato del Parlamento. Tenemos una buena oportunidad de sumarnos a la campaña Armas bajo control asistiendo a la exposición Plantemos cara a las armas, que permanece abierta en la Asociación de la Prensa de Cádiz durante la primera quincena de este mes de junio. Firmando una postal reivindicativa o simplemente dando la cara con una fotografía nuestra -que se sumará al millón de rostros de todo el mundo que se presentarán a finales de mes ante la sede de las Naciones Unidas-, podemos seguir demostrando que, en contra de lo que piensan los escépticos, comprometerse da resultado.