Republicanos ostentosos
Actualizado:Algunos medios de comunicación están dando insólito realce a la noticia evidentemente menor de que una cincuentena de republicanos, con banderas y eslóganes, están acudiendo a las visitas oficiales de los Príncipes de Asturias a diversas localidades madrileñas para hacerse notar. Estuvieron en Móstoles -donde fueron detenidos dos hermanos afiliados a Izquierda Unida por alterar supuestamente el orden- y, el pasado viernes, en Alcalá de Henares. También el jueves, algunos diputados de IU lucieron en sus solapas insignias republicanas durante la inauguración por los Reyes de los nuevos edificios del Congreso de los Diputados (la reina reaccionó con inteligente ironía). Nada hay que objetar, obviamente, a que cada cual se explaye ideológicamente dentro de las amplísimas libertades de expresión y manifestación que la Constitución consagra, pero estos alardes deberían realizarse sin perder del todo el sentido del ridículo, máxime si detrás de semejantes iniciativas está un partido parlamentario (nadie sabe por cuanto tiempo) como es Izquierda Unida. Este país tiene hoy varios y graves problemas, y desde luego ninguno de ellos es la forma de Estado. Convendría, pues, que la clase política, o un sector de ella, no siguiera alejándose de los afanes ciudadanos si no quiere recibir el inevitable castigo de la exclusión electoral cuando llegue el caso.