Toboso endereza una eliminatoria que comenzó con muy mal pie

El Portuense sacó un gran resultado de su visita al terreno de juego del Arenas en un encuentro vibrante en el que los dos equipos lucharon en todo momento por la victoria, cada uno con su estilo, es cierto, pero los dos con ambición de conseguir al menos un resultado positivo, puesto que ambos eran consciente de la aceleración que hay que imprimir en este tipo de eliminatorias, a doble partido, en el que dejar las cosas para el final puede ser fatal.

El partido en sus primeros minutos ya dio una buena muestra de lo que serían los noventa minutos de partido. Tras un trepidante inicio de partido, el Arenas se adelantó en el marcador cuando tan sólo se habían disputado seis de juego, en un saque de banda de Cristóbal que coge descolocada a la defensa del Portuense y Payán, con mucha comodidad, sólo tuvo que batir prácticamente en el uno contra uno al guardameta visitante.

El gol supuso lógicamente un mazazo para el equipo visitante, puesto que no se habían acoplado todavía al terreno de juego. Sin embargo, el equipo del Portuense se puso como se suele decir el mono de trabajo y no dejó en ningún momento que el Arenas se recrease con el resultado a favor.

El equipo visitante, lejos de venirse abajo, comenzó a crear fútbol y tardó prácticamente un cuarto de hora en empatar el partido, en una buena jugada colectiva en la que Toboso remató al segundo palo un remate de cabeza tras una falta botada por Sanlúcar.

Con el empate a uno en el marcador, el encuentro entró en un a fase de alternativas en el juego en el que parecía que cualquiera de los dos equipos se podría alzar con la victoria, puesto que se llegaban a las áreas con relativa asiduidad, sin embargo faltaba concreción y efectividad en esos últimos metros que pudieran decantar el partido hacia uno y otro lado.

En la reanudación, fue quizás el Arenas el que llevaba más el peso del partido, conscientes de que el resultado no le valía de mucho, sin embargo se topaban continuamente contra un Portuense bien ordenado, que no dejaba lugar al error ni resquicio en su defensa.

Al final, empate a uno, un resultado muy positivo para los visitantes de cara al partido de vuelta por el valor doble de los goles en terreno de juego contrario.