El Pópulo
Actualizado:He aquí la joya de la Corona de Cádiz. El barrio-pueblo que lleva recorriendo caminos desde los fenicios hace ya tres mil años, hasta nuestros días. Un humilde y sencillo barrio de apenas 2.400 habitantes, 15 calles y 53 fincas que encierra y guarda dentro de sus entrañas toda la historia y acontecimientos de nuestra dilatada existencia. Un barrio pequeño, que poco a poco con pasos firmes emerge de sus cenizas y por derecho propio, está recuperando su esplendor y su auténtico color en el siglo XXl.
Si su historia tiene tiempos de glorias que lo avalan desde tiempo inmemorial, también en su alma callada encierra dolores y desprecios que le hicieron mucho mal y más sufrir. Resignado y herido se ha pasado más de 40 años de la historia totalmente olvidado, cayéndose trozo a trozo, y pululando en su sociedad la pobreza y la ignorancia como un inmisericorde castigo.
Sus gente sencillas y trabajadoras soportaron estoicamente el látigo de su misma sociedad que los condenó a un tiempo muerto, alimentando tabúes de mezquinas incomprensión. Con la virtud del silencio y la humildad, sus hijos no se resignaron nunca a jugar de perdedores, y como en Fuenteovejuna todos a una lucharon valientemente por recuperar su tiempo y su pasado glorioso y único.
Recorrer sus 15 calles es todo una evocación sentimental y grandilocuente. Es transitar por la historia paso a paso e introducirse en el túnel del tiempo en un espacio relativamente pequeño, pero rabiosamente nuestro y entrañablemente familiar. El único barrio de Europa que puede presumir de tener dos catedrales, un ayuntamiento y una cultura catedralicia a sus espaldas que nos honra y nos distingue a todos los gaditanos.
En la actualidad, el viejo y querido barrio le está dando paso al turismo y por sus recoletas e históricas calles y plazas se cruzan cámaras en ristre turistas de todas las nacionalidades y gente propias atraídos y absortos envueltos en su silencio reposado y misterioso.
Calles limpias y ordenadas, balcones con flores, macetones de verde vegetación, casas rehabilitadas, gente amables y emprendedoras y un selecto abanico de restauración y de bares y mesones típicos con sus brazos siempre abiertos dispuestos a recibir y a agradar a todos.