Expertos piden que se proteja el Bazar Candelaria para evitar su deterioro
Tres técnicos de la Delegación han elaborado un informe en el que se advierte que el polvo y los golpes de la obra del edificio están dañando el ornamento Los vecinos han escrito a la alcaldesa para que exija medidas de protección
Actualizado:Dos historiadores y una restauradora de la Delegación de Cultura de la Junta han enviado un informe al Ayuntamiento advirtiendo del posible deterioro del bazar Candelaria, un local situado en la plaza del mismo nombre y de gran valor artístico, según su opinión. El edificio, situado en la esquina con Obispo Urquinaona, se está rehabilitando actualmente.
La visita de los técnicos -que se hizo a petición de la asociación de vecinos de Cádiz Centro- detectó la falta de medidas de protección para los revestimientos ornamentales y los lienzos de este establecimiento que hasta hace poco tiempo ocupaba un negocio.
Dos de esos lienzos -que al principio se pensaba que eran frescos- aún se conservan en su lugar original, aunque uno de ellos está bastante deteriorado, con los bordes levantados. Además, tienen acumulación de suciedad, polvo y un aspecto amarillento.
En peor estado se encuentran los revestimentos ornamentales de los paramentos: tableros policromados con relieves de yeserías que representan motivos florales y querubines. Las losas hidráulicas, que habitualmente se infravaloran, merecen a juicio de estos expertos ser conservadas, «porque forman parte del conjunto artístico».
La historia de este establecimiento, hasta que fue alquilado como bazar en 1939, ha sido muy azarosa. Según Francisco Gómez, de la asociación de vecinos de Cádiz Centro, «el local albergó la cafetería Rollalty, después la Casa de Galicia y durante la Guerra Civil fue la Casa del Soldado Mutilado». Los vecinos también han investigado quién fue el autor de los tres lienzos que decoran el techo, de los que sólo permanecen dos. «Creemos que fue alguien cercano a Felipe Abarzuza, porque tienen cierta similitud con las imágenes del Teatro Falla», explicó Gómez. Además, tienen otra pista que avala esta teoría: Abarzuza trabajaba habitualmente con los talleres Ramírez, que estaban situados en la plaza Mina (donde hoy precisamente hay una tienda de material de pintura) y según la nieta de Ramírez, este trabajo podría haber salido precisamente de este taller.
En cualquier caso, la intención de los vecinos es que tanto los promotores de la obra como los propietarios del local pongan en marcha iniciativas para evitar el deterioro de este espacio que no sólo forma parte del patrimonio comercial de la ciudad sino que pertenece ya a la memoria de los gaditanos.
Por ello, el pasado 16 de mayo enviaron sendas cartas a la alcaldesa, Teófila Martínez, y al arquitecto del proyecto, Pascual Fernández, para que tomen las medidas oportunas y eviten la desaparición total o parcial de la riqueza artística de este espacio.
El Ayuntamiento es la administración que tiene competencias para exigirlo, ya que el informe de la Junta no es vinculante. Para Francisco Gómez, «alguien debería actuar para que esto no se llegue a perder».