Lo que nos faltaba
Actualizado: GuardarNo podía dar crédito a lo que leían mis ojos el pasado jueves. Unos pedófilos holandeses han constituido una asociación y pretenden formar un partido político para «defender sus inalienables derechos como ciudadanos». A saber, estos enfermos y desviados individuos quieren que en su país se rebaje la edad mínima para tener «sexo consensual», es decir, sexo acordado por las partes implicadas, de 16 a 12 años; también reivindican que no se condene la tenencia de material porno infantil y, por supuesto, que los infantes y menores participen libremente en este tipo repugnante de filmes.
¿Cómo narices (escribo narices para no soltar aquí un taco mucho más contundente que me ha salido de las tripas) tienen estos señores la cara dura de hacer este tipo de proposiciones? A la consulta de un psiquiatra o de un psicólogo los mandaba yo de inmediato, a ver si allí conseguían superar una conducta sexual tan abominable.
Esto es lo que me faltaba por oír. Aún estoy atónita y asqueada. Ahora va a resultar que los pederastas holandeses unidos bajo las siglas NVD (en neerlandés significan: Caridad, Libertad y Diversidad) son unos incomprendidos, agobiados y marginados por una sociedad cuadriculada y conservadora. ¿Habrase visto tal desfachatez! Qué derechos pueden reivindicar tales personas, que violan y abusan de niños, más allá del de recibir un juicio justo.