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PUERTA DE LOS LEONES. Marín y Chacón saludaron a algunos de los visitantes.
ESPAÑA

Gazpacho por puchero

La Cámara baja abre sus puertas a los ciudadanos. Marín saluda con mensajes enviados a los móviles

TEXTO: PAULINA DE LAS HERAS / FOTOS: JAIME GARCÍA / MADRID
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EL Congreso está de fiesta y ha abierto sus puertas de par en par para recibir a los ciudadanos. Este año los curiosos tienen mucho que admirar. Además del palacio -en el que se encuentra un hemiciclo que siempre sorprende por un tamaño menor al que aparenta la 'tele'- podrán recorrer las nuevas dependencias de la Cámara Baja: dos lujosos edificios situados en los números 36 y 40 de la Carrera de San Jerónimo que antaño albergaron el Banco Exterior de España y el Banco de Crédito Local. Gazpacho en mano, cientos de personas recorrieron los salones por los que habitualmente deambulan los diputados en sus quehaceres diarios. Algunos afortunados pudieron incluso saludar a los miembros de la Mesa, que junto al presidente, Manuel Marín, franquearon la entrada por la puerta de los leones.

Utilizando las nuevas tecnologías recién instaladas, Marín saluda a los usuarios de móvil con tecnología 'bluetooth' con mensajes de vídeo y audio en los que se les agradece su visita. En un vídeo se recuerda la reciente vista de los Reyes.

La primera de las tres jornadas de puertas abiertas transcurrió con calma en medio de un ambiente festivo, al que contribuyó la unidad de música de la Guardia Real. Situada en un escenario instalado en mitad de la calle, que fue cortada al tráfico, interpretó piezas de Solozábal o Tchaikovsky. Hubo, eso sí, un incidente desagradable que obligó a actuar a la policía que custodia el Congreso. Un hombre aprovechó su visita a la sala de plenos para dirigirse al escaño de José Luis Rodríguez Zapatero y, al grito de «libertad» y «dignidad» , depositó dos rosas blancas que manchó con mercromina, sobre una imagen de Miguel Ángel Blanco. La anécdota, aún así, pasó desapercibida para la mayoría de los visitantes.

Refrescos y compras

El presidente del Congreso creía que el buen tiempo del mes de junio sería un reclamo para buena parte de los 'turistas', aficionados o no a la política. Hasta ahora este tipo de evento se había celebrado en el más crudo invierno y a aquellos que se acercaban a participar se les ofrecía un caldo para hacer más llevadera la espera en las colas. En esta ocasión, los refrigerios son más apetitosos: refrescos de todo tipo, horchata y gazpacho.

Otra novedad este año es la que ofrece la nueva tienda del Congreso. Además del habitual regalo (en esta ocasión unas mochilas) los visitantes pueden adquirir corbatas e insignias con el logotipo del Congreso, abanicos, relojes, polveras de plata con un ejemplar de la Constitución en miniatura, gemelos o alfileres. Lo más demandado es lo más barato: gomas de borrar, caramelos y mecheros.