NOVEDAD. El Marco de Jerez descubre nuevas posibilidades.
Jerez

Los años del jerez

Vinoble descubrió ayer que en el Marco también hay caldos por añadas

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Aunque no sea precisamente su faceta más conocida, los vinos de Jerez sí que tienen añadas, tal y como indicó James Bond a su superior en Sólo se vive dos veces. El agente con licencia para matar habría disfrutado de la cata Jerez de añada, más allá de la solera, que se celebró ayer en la Mezquita del Alcázar a cargo del director general del Consejo Regulador del Vino de Jerez, César Saldaña.

La cata trajo a colación algunos de los caldos más valiosos de las bodegas jerezanas, criados en Real Tesoro, Sandeman, Harveys, González Byass, Bodegas Tradición y Lustau. Son vinos únicos que en algunos casos no están ni siquiera comercializados, fruto de experimentos o de casualidades.

El evento sirvió para dar a conocer caldos que han prescindido del sistema tradicional de soleras y criaderas, para volver a las añadas, tal y como se realizaba a finales del siglo XVIII.

Por ejemplo, en la cata se pudo degustar un caldo de José Estévez correspondiente al año 2000, perteneciente a un contenedor de 1.000 litros que fue olvidado en el traslado de los activos de Valdespino a Real Tesoro y que fue encontrado con una gran capa de flor.

Otro de los vinos que se degustaron fue un Harveys de la añada de 1980, que fue de cosecha tardía y fermentó en botas. Tan sólo existen 2.500 litros de este gran manjar, que se guarda en la sacristía de Harveys, en la bodega Don Ramiro.

Los seis caldos probados sorprendieron por su fortaleza y su personalidad, resaltando una faceta desconocida, pero no por ello valiosa, del vino de Jerez.