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Maradona

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El programa de fútbol y risas de Cuatro, Maracaná 06, se apuntó esta semana un buen tanto con la presencia de Diego Armando Maradona. Tanto relieve dieron a la cita que la colocaron dentro de una programación especial, El diez con Cuatro, que va a incluir otros espacios protagonizados por el ex futbolista. La idea ha dejado buenos resultados para Maracaná: casi 1,2 millones de espectadores, una cuota de pantalla del 7%, por encima de la media habitual del programa. Maradona es un personaje extremadamente discutible. Ha sido el mejor futbolista del mundo durante muchos años y uno de los más grandes de la historia de este deporte, pero no ha sido el mejor deportista, ni ha brillado nunca como paradigma del juego limpio. En España lo conocimos de cerca cuando iba siendo más bien maraña. Animó nuestra liga porque aún guardaba mucho talento, pero el astro empezaba a apagarse. Después, Maradona se precipitó hacia la figura del «juguete roto»: enredado en drogas y despilfarros, típico ejemplo del millonario que no sabe qué hacer con el dinero, el antiguo ídolo pasó a la crónica de sucesos. Luego llegó su desintoxicación en la dictadura cubana y su pérdida de peso. Ahora el Diez ha llegado entre nosotros como un hombre nuevo.

El programa tuvo interés. Maracaná 06 ha conseguido con este «especial» algo más que mejorar su audiencia: ha logrado demostrar que puede ser un buen programa y hacer cosas valiosas. Hay que suponer que en Cuatro tendrán esto en cuenta a la hora de renovar para la próxima temporada, porque, hasta el momento, Maracaná no había dado demasiadas razones para el optimismo. Un programa de fútbol y humor no puede quedarse en cifras de audiencia tan bajas como las de este espacio. Tanto el fútbol como el humor suelen figurar entre los mejores recursos de audiencia. Pero su combinación en Maracaná ha dado resultados muy malos. A lo mejor el problema está en esa mezcla singular que, termina molestando a los aficionados al fútbol, por exceso de protagonismo del humor, y a los aficionados al humor, por exceso de fútbol. Tienen por delante un Mundial para redimirse. Como Maradona.