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PUESTA EN ESCENA. La ópera de Puccini es especialmente atractiva para los neófitos, ya que la trama resulta muy actual y escenografía, espectacular.
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Artistas y bohemios

'La Bohéme' de Puccini, con la soprano Ainhoa Arteta en uno de los papeles insignes de su carrera, pondrá el broche de oro a la temporada lírica del Villamarta

TEXTO: DANIEL PÉREZ / FOTOS: JAVIER RÍOS / JEREZ
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Cuando Giacomo Puccini estudiaba en Milán, a finales del XIX, decidió que algún día se embarcaría en la creación de una opera que estuviese a la altura de sus vivencias adolescentes; que fuese capaz de transmitir, en una sola pieza, la grandeza y la penuria, el mérito relativo y el sufrimiento total de quienes, en un gesto de rebeldía, habían resuelto abandonar la placidez de sus hogares acomodados y emprender la aventura ignota de entregarse al arte, sin condicionantes creativos ni dogmas burgueses.

Ha pasado más de un siglo, pero la capacidad de conmover de La Bohéme de Puccini, quizá por su porte atemporal, permanece intacta. Es, sin duda, su obra más reconocida, la más representada, y algunos de sus personajes, como Rodolfo o Mimí han inspirado toda suerte de creaciones paralelas.

El próximo jueves, el público que asista al Teatro Villamarta tendrá ocasión de constatar la vigencia de las emociones contenidas en el libreto y en la partitura original gracias a la producción conjunta del Palacio de Festivales de Cantabria, el Gran Teatro de Córdoba y el propio coliseo jerezano, que cierra así su temporada lírica.

Como alicientes añadidos, la soprano Ainhoa Arteta retorna a uno de los personajes que más satisfacciones le ha dado a lo largo de su carrera, un tipo vocalmente muy complicado que le valió la rendición incondicional de la crítica en 1995, cuando bordó la representación en el Arriaga. También con La Bohéme, aunque esta vez en la piel de Musettta, consiguió el que ha sido uno de sus más sonados triunfos internacionales hasta el momento: los 15.000 espectadores del Arena de Verona, al terminar el segundo acto de la obra y hacerse con el protagonismo absoluto del aria final, le brindaron una de las ovaciones más sentidas que se recuerdan en este mítico escenario. El principal reto queda, pues, a cargo de Fernando de la Mora, tenor hispano de moda en el panorama lírico actual, que tendrá que darle réplica a una la soprano española en un momento «muy especial» de su carrera.

Los bohemios de Puccini mantuvieron la mayor parte de las características originarias de los personajes de Scénes de la Vie Bohéme, una novela de Henri Murger publicada por fascículos por la revista literaria Le Corsaire entre 1845 y 1849. El autor entendió que el sentido de las situaciones descritas, su naturaleza tragicómica, no variaba esencialmente si se las cambiaba de contexto.

Ahora, el prestigioso director de escena José Luís Castro, le ha tomado literalmente la palabra: La Bohéme que el público del Villamarta podrá disfrutar el jueves se desarrolla en los años inmediatos a la Primera Guerra Mundial, en un intento deliberado por alejar la historia del lenguaje romántico, cuando la vida errante y excéntrica era, todavía, signo y síntoma de prestigio para algunos artistas.

En ese sentido, la escenografía diseñada por Giuliano Spinelli para esta Bohéme pretende ser un reflejo de los movimientos vanguardistas del momento: líneas cubistas, expresionistas, entremezcladas con el orientalismo como estilo de moda, y el reclamo constante del mundo del espectáculo y de la publicidad.

También se ha procurado distinguir los ambientes más cómicos o lúdicos de un barrio popular de pintores parisino, para resaltar que la reacción de estos artistas incipientes, ante los problemas cotidianos, es definitivamente insólita, cuando no irresponsable y que, al margen del dolor individual, casi siempre terminaban en un bullicio festivo.

En estos dorados años 20, ya superada la mítica dicotomía bohemia del «muerto o académico», personajes como Rodolfo, Schaunard o Marcelo, eran restos añejos de otro tiempo, aunque Mimí pervivía como el prototipo de mujer amante, destrozada por las privaciones.

En el apartado musical, la prestigiosa directora cubana Elena Herrera estará a cargo de la Orquesta Manuel de Falla. Contará, además, con el Coro del Teatro Villamarta, dirigido por Ángel Hortas, y con la Escolanía del Conservatorio de Música Joaquín Villatoro de Jerez, al mando de Jesús Gayoso.